6 de octubre de 2024

Viaje a Peñíscola

 Viaje a Peñíscola

El viaje de despedida del verano, se realizó con éxito total y absoluto, un lleno de autobús, en un hotel muy bueno, a pie de playa, con buena comida y buen entretenimiento nocturno, que es lo que pedía el cuerpo después de tantas fatigas veraniegas.

Teníamos el castillo a un paso, todos los encantos de Peñíscola a mano y según a que hora los mosquitos no faltaban. Pero eso tiene una explicación, al lado del hotel se encuentra un paraje protegido con mucha agua y ya se sabe donde hay agua proliferan las moscas y mosquitos, de eso sabemos bastante en Sástago.

Un viaje estupendo, con la buena compañía de los paisanos de Sástago y Caspe que llenaron el autobús, con anécdotas propias de un viaje de estas características.

Deseando que llegue el próximo pongo unas fotos para dar envidia a los que no vinieron esta vez, pero seguro que no faltan al próximo viaje que organice la Asociación de la 3ª Edad de Sástago y la Asociación de Mujeres Sastaguinas.

Honor y Gloria sastaguinos






 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Algo de Historia:

El Papa Luna y su Castillo en Peñíscola

Pocas historias son tan inusuales como la del Castillo de Peñíscola Situado en una de las localidades más turísticas de la Comunidad Valenciana, Peñíscola,  la fortaleza de origen medieval ha visto cómo por sus estancias se paseaban caballeros templarios o el mismísimo papa.

Un legado histórico que lo convierte en uno de los rincones más visitados de Castellón.  Ha sido usado para diversos rodajes y son varios los estudios realizados sobre su arquitectura e historia.

Los caballeros templarios y su refugio en Peñíscola

Los orígenes del Castillo de Peñíscola se remontan a tiempos andalusíes, cuando al parecer existió una fortaleza usada para el control fronterizo. Esta alcazaba y todo el núcleo poblacional fueron tomados por Jaime I de Aragón en 1233. Un siglo después, Jaime II permitió que la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón (Orden del Temple) se instalase en la zona. Los templarios levantaron sobre los restos musulmanes lo que es la actual fortaleza. Un lugar que ocuparon entre 1294 a 1307, año en el que buena parte de los templarios fueron apresados por orden del papa Clemente V, que temía perder poder político en favor de estos.

La fortificación se construyó en base a unos patrones románicos. Posee unas proporciones y características similares a las de la mayoría de los castillos templarios, edificados tanto en Europa como en Oriente. Como dato, se calcula que en Europa existieron un total de 800 castillos de este tipo, habiendo sobrevivido solo un centenar. El caso de Peñíscola es particular no solo por haber pervivido, también por el posterior uso que se le dio a la fortificación

El Castillo del papa Luna

Con la desaparición de la Orden del Temple la fortificación quedó totalmente abandonada. Ya en el siglo XV fue ocupada por Benedicto XIII, el conocido como “papa Luna”. La historia de este denominado como “antipapa” es realmente peculiar y son muchos los matices que a día de hoy siguen siendo dudosos. Fue un caso único que marcó lo que es en la actualidad la Iglesia.

De forma general, lo que ocurrió es que el cardenal Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor fue nombrado papa. Todo ello en el contexto del denominado Cisma de Occidente, un momento histórico en el que llegó a haber hasta tres papas, cada uno de ellos con un reconocimiento político y social limitado. Así, lo que en esencia ocurría es que las disputas entre Castilla, Francia, Aragón y el Sacro Imperio llevaron a que algunos reinos obedeciesen al “papa de Aviñón” y otros al papa de Roma. Todo ello tenía como trasfondo la búsqueda de un vínculo entre religión y poder político, algo muy común y recurrente en la historia de la humanidad.

En 1417 el Cisma de Occidente finalizó con la elección de un único papa con sede en Roma. Fue entonces cuando el conocido como papa Luna (que había sido elegido en Aviñón bajo el amparo francés) acabó depuesto, excomulgado y declarado “antipapa”. Así, el conocido como Benedicto XIII se refugió en el Castillo de Peñíscola, siendo este hecho el que ha determinado que la fortaleza también sea conocida con el nombre de “Castillo del papa Luna”.

Desde ese momento, el supuesto líder de la cristiandad convirtió Peñíscola en su sede pontificia y se negó a renunciar al cargo. Contaba solo con el apoyo de la Corona de Aragón, lo cual hizo que no fuese muy reconocido. Acabó falleciendo en 1423 y en la actualidad son varias las leyendas y relatos poco creíbles que mencionan que su fantasma se aparece en el Castillo reclamando su poder papal. Sin duda, una historia de lo más controvertida que tuvo como sede la pequeña población castellonense.




 

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