Esta historia le ocurrió a un cazador de Sástago, que al parecer mataba poca caza y los amigos decidieron ayudarle de alguna manera.
El nombre del cazador, por supuesto va a ser un nombre ficticio, le llamaremos Jesús.
Bien, Jesús el cazador, tenia mucha ilusión por matar una liebre y sus amigos que lo sabían estuvieron toda la semana animándole y alabando su buena puntería, en fin que Jesús esa semana era el mejor, rebosaba optimismo y estaba deseando que llegara el domingo para salir al monte a por la liebre que seguro iba a liquidar.
Llego el domingo y Jesús que se había preparado todo el atuendo la noche anterior, salió raudo hacia el más del monte, donde aguardaban los compañeros de caza para salir a por las codiciadas presas.
La mañana iba trascurriendo normalita, una perdiz aquí, otra allí, y Jesús que no se estrenaba, el grupo de cazadores iban a la par formando una línea, batiendo una buena franja de terreno y entonces ocurrió.
El compañero que Jesús tenia a la derecha lo llamo en voz baja:
¡Jesús! Mira, allí tienes una encamada
¿Adónde que no la veo?
¡Allí! ¡a tu derecha, no ves el matorral, aquel grande, abajo esta la liebre
¡La veo, esta encamada!
¡Dispara es tuya!
Jesús apunta la escopeta… con calma…., la liebre no se movía y el pudo tomarse todo el tiempo del mundo antes de soltar el disparo que sonó como un cañonazo en el monte.
¡PUMMM!......
¡Por fin mi liebre, me pondré la cola en el sombrero, trae buena suerte!
Los compañeros lo felicitaban dándole palmaditas en la espalda y alabando su buena puntería. Jesús orgulloso de su proeza, se puso la escopeta al hombro y todos juntos se acercaron a la liebre muerta para que Jesús recogiera su trofeo.
Al llegar al matorral, todos se quedaron callados mirando…… a la liebre…, a Jesús…., a la liebre…, a Jesús se le vino el mundo encima.
La liebre estaba tripa arriba, entre el matorral y en su pecho un cartel decía:
¡JESUS MAS MATAO!
Esta historia es real, los nombres y los lugares son ficticios.
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