29 de agosto de 2024

La Foto del Día(Desde el Aire)

 El Pilar desde el aire

Ha sido un mes con muchas entradas sobre el Pilar, pero me he dejado muchas cosas más que hay en el Pilar y que no he publicado.

Decir que si queréis saber mas sobre el Pilar de Zaragoza, entrar en la Web www.catedralbasilicadelpilar.es, encontrareis muchas mas cosas sobre el Pilar de las que yo he publicado.

Este ultimo post, va sobre el Pilar desde el aire, son fotos que he ido recopilando de diferentes años y que no se de donde proceden, si alguien las reconoce y me manda su autoría, lo publicare encantado.

Como podéis comprobar, según la hora del día y como le da el sol, cuando están hechas las fotos, El Pilar cambia de color.

Honor y Gloria, lectores de Las Tertulias de La Manqueta










 


28 de agosto de 2024

La Foto del Día( La Plaza del Pilar)

La Plaza del Pilar

La Plaza del Pilar es uno de los centros populares más concurridos en Zaragoza, España. En ella se encuentra la Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar, donde es venerada la advocación mariana homónima. Es conocida con el sobrenombre de «el salón de la ciudad», ya que en ella se realizan numerosas fiestas públicas. También se le suele llamar Plaza de las Catedrales, pues aquí se encuentran las dos catedrales de Zaragoza: la Seo y el Pilar. A la plaza se accede por medio de las calles Don Jaime I y Alfonso I.

En esta plaza se encuentran, además de la Basílica del Pilar, edificios como la Lonja, el Ayuntamiento, la Fuente de la Hispanidad, la Catedral del Salvador (La Seo), algunos juzgados y el Monumento a Goya.​ Se halla también, cerca de la Lonja, el cenotafio del pintor Francisco de Goya.

Historia

Se conoce la existencia de la plaza, aunque de menores dimensiones a las actuales, desde el siglo XVI, donde básicamente se celebraban actos de diversión para el pueblo de la capital de Aragón. Ya antes, en el siglo XIII, el espacio que hoy ocupa la plaza había servido de cementerio para la población de Zaragoza, de acuerdo a un mandato del obispo Sancho de Ahonés. Este hecho es certificado por un codicilo de 1343.

Juan de Arruego señala que en 1647 la plaza era considerada un lugar de diversiones profanas en Zaragoza, pues ese año se solicitó a la Congregación de Ritos que no se ejecutará procesión alguna en dicho espacio, con excepción de la de Santa Ana, concedida por privilegio apostólico.

La reforma barroca hecha al Pilar en 1681 provocó la ampliación de la plaza hasta la fachada del Pilar.​ Se suscitó un problema debido a la altura del espacio, pues llegaron a ser necesarias gradas para bajar al templo del Pilar. El 26 de noviembre de 1717, el Cabildo de Zaragoza llegó a la conclusión de que debía desmontarse la plaza a fin de evitar el derribamiento de numerosas casas y edificios aledaños a la construcción. La obra comenzó ese mismo día y se completó con éxito el 2 de enero de 1718. En total, fueron retirados casi trece mil estados de tierra. Hasta entonces, se le conocía vulgarmente como «escalerillas del Pilar».

En 1939, luego de la devastadora guerra civil, de la que Zaragoza no resultó indemne, se añadió a la plaza un terreno obtenido de la demolición de 21 calles, plazas y plazuelas. Se consiguió así el aspecto que hoy se conoce de la plaza: un amplio espacio rectangular con jardines, arbolado y aparcamientos.​ En la década de 1980 los alcaldes zaragozanos Francisco Caballero, Luis Gómez Laguna y Antonio González Triviño, promovieron la destrucción de jardines y arbolado, para en su lugar construir un aparcamiento subterráneo. Como parte de su proyecto, se trasladó el monumento a los caídos al cementerio de Torrero. También se descubrieron ruinas romanas en la contigua plaza de la Seo, lo que dio origen al museo del Foro Romano de Caesaraugusta. En 1989 se realiza la última transformación de la plaza, que la convierte en un inmenso erial de granito, y se colocan torres metálicas para la iluminación general.

Por último, en 1991, el ayuntamiento ordenó la colocación de la fuente de la Hispanidad en la plaza, como parte de las celebraciones por el V Centenario del Descubrimiento de América.

Descripción

Se trata de una de las plazas peatonales más grande de Europa. Su diseño enteramente peatonal no permite el cruce de automóviles, por lo que la Plaza del Pilar se ha convertido en lugar de recreo para los zaragozanos y visitantes.​ A ella se accede por las calles Alfonso I y Don Jaime I, por algunas callejuelas del casco histórico, por la avenida de César Augusto y por el paseo de Echegaray y Caballero.

Algunos de los eventos más importantes que se realizan en la plaza durante el año son las fiestas del Pilar, la ofrenda de flores a la Virgen, los festejos por el Año Nuevo y gran cantidad de conciertos y actos culturales.

www.catedralbasilicadelpilar.es










 

27 de agosto de 2024

La Foto del Día(Capilla de San Antonio de Padua)

Capilla de San Antonio de Padua

El culto a san Antonio en el Pilar data del siglo XIV, y la actual capilla de 1713, cuando el Cabildo cedió a D. Guillermo de Moneada, marqués de Aitona, la capilla de San Antonio por sus generosas contribuciones a la fábrica del nuevo templo barroco. Decorada suntuosamente para la inauguración de la iglesia en 1718, ello no fue óbice para que a mediados del siglo se volviese a redecorar -hacia 1750-1755-, coincidiendo su hechura con los preparativos de las obras de la Santa Capilla, llevando a cabo su director en funciones -el escultor José Ramírez de Arellano, ayudado por su taller- el adorno del altar y los vistosos relieves laterales en estuco, y José Luzán Martínez el fresco de la cúpula. Se puede afirmar que el conjunto es espléndido y en opinión de Federico Torralba sin duda alguna la más hermosa e interesante de las capillas del templo.

El altar, de atractivos mármoles negros y jaspes tostados, planta mixtilínea e influencia borrominesca en su alzado, marca un cambio tipológico que se impondrá en Zaragoza en los altares más suntuosos de la segunda mitad del siglo XVIII. Ignoramos el autor del proyecto, pero no desechamos la idea de que fuera el propio Ramírez, hábil arquitecto de retablos, ciertamente influido por las tendencias academicistas y, hasta es posible, por los consejos de Ventura Rodríguez.

Sea cual fuere su origen, sabemos por Aramburu de la Cruz (1760) que el autor de las esculturas en madera policromada fue José Ramírez, el cual llevó a cabo la interesante imagen rococó de San Antonio de Padua con el Niño entre los brazos y a su lado la de Santa Rosa de Lima -una de las mejores imágenes femeninas de Ramírez- y San Guillermo de Aquitania con atuendos militares y gestos de gran emotividad.

De las figuras del ático, la del centro, San Miguel Arcángel, se halla dentro del prototipo que creara Ramírez, mientras que sus compañeros, ángeles mancebos, resultan todavía más amanerados.

Muy destacables son los efectistas relieves en madera dorada del banco que representan ocho escenas dedicadas a milagros de san Antonio de Padua, cuya iconografía también trasciende a los altorrelieves en estuco blanco de los muros laterales, en los que representa la Aparición de la Virgen al santo y el Tránsito de San Antonio, ambos con una estructura semejante que parte la composición en dos escenas: la terrenal, abajo, y la celestial, arriba.

Lo que se ha tenido en cuenta es el efecto del conjunto, sus valores plásticos, dando el justo volumen y perspectiva a cada elemento, en un recinto en el que la falta de espacio y altura del relieve hacían difícil la solución. En los estucos debió de intervenir el taller de José Ramírez.

La cúpula se decoró con un fresco rococó, en el que figuran San Antonio portado a la gloria por los ángeles y, como trasposición de la iconografía del retablo, Santa Rosa de Lima y San Guillermo de Aquitania, en celajes de tonos amarillentos -de clara influencia napolitana- con ángeles músicos de blanda factura. Todo dentro de la estética impuesta por José Luzán.

www.catedralbasilicadelpilar.es






 

26 de agosto de 2024

La Foto del Día(Sacristia Mayor del Pilar)

 Sacristia Mayor del Pilar

Fue construida en 1754 por iniciativa del arzobispo Francisco Ignacio de Añoa y Busto sobre diseños de Ventura Rodríguez. Es un espacio cerrado por muros al que se accede mediante un pórtico de mármol negro y jaspes ocres a terrosos rematado en frontis triangular y con puertas de nogal talladas con un relieve en el que se muestra el blasón del arzobispo promotor de la obra por Ramírez de Arellano.

La sala, de gran suntuosidad, decorada con escultura del mismo José Ramírez y pinturas de Joaquín Inza, es de planta rectangular, casi cuadrada. Notables son el pavimento, taraceado en mármoles, y cuatro puertas labradas con estampas marianas. Destacan asimismo los armarios de nogal que hasta finales del siglo XX custodiaron las “Joyas de la Virgen”, actualmente en el Museo del Pilar. En el interior de dos recargadas urnas rococó y sobre sendas a modo de bandejas, se contemplan dos cabezas degolladas policromadas de San Pablo y San Pedro muy efectistas atribuidas también a Ramírez de Arellano.

www.catedralbasilicadelpilar.es




 

25 de agosto de 2024

La Foto del Dia(Los Mantos de La Virgen)

Los Mantos de la Virgen del Pilar

La Virgen del Pilar posee una extraordinaria colección de mantos que la piedad popular ha ido tejiendo a lo largo de la historia en torno a esta entrañable devoción de Nuestra Señora.

Los orígenes de la costumbre de exornar y enriquecer con mantos el conjunto de la Imagen y la Columna no son muy concretos, pero a lo largo de la historia se ha ido dejando constancia de ello. Lo cierto es que apoyándonos en los documentos que se conservan en el Pilar, la Virgen ya en 1504 se vestía con manto, y en 1577 se tenían catalogados 72 mantos de Nuestra Señora.

Los mantos son prendas no muy grandes en forma de trapecio circular de 40 cm. el arco superior y 140 cm. el inferior, y una altura de 80 cm. No dejan de ser ofrendas nacidas del amor y la devoción a la Santísima Virgen María, cuyo valor trasciende lo puramente material, encerrando en sí mismos una historia o un sentimiento que motiva al donante a realizar su ofrenda.

Dentro de estos parámetros, existen mantos de variados soportes (tisú, terciopelo, raso de seda, damasco, brocado, cuero, papel), realizados con distintas técnicas (bordado, pintura, repujado, bolillo, ganchillo, pedrería, esmaltes), de diferentes colores (blanco, verde, rojo, azul, morado, amarillo, rosa, dorado, plateado, marrón, negro, reproduciendo banderas, estampados) y donados por diversos oferentes (personas individuales, familias, empresas, hermandades y cofradías, instituciones políticas o culturales, etc,)

En cuanto a la colocación de los mantos, no ha sido siempre la misma. En un principio, cuando los mantos no tenían una forma definida, se colocaban directamente sobre la cabeza de la Virgen, cubriendo toda la imagen excepto las caras de la Madre y el Niño. Más adelante se pasó a colocar los mantos cubriendo la Columna y parte de la imagen, cayendo en forma de campana. Esta disposición estuvo vigente durante muchos años, por eso es muy fácil encontrar grabados, dibujos, pinturas y estampas de la Virgen del Pilar vestida de esta forma.

A partir del siglo XVIII, tras varios intentos de rebajar esta costumbre por algunos canónigos que veían indigno ocultar el conjunto de la Imagen y el Pilar, no se atrevieron a abolirla ateniéndose a su antigüedad, pero sí empezaron a colocar los mantos más bajos de modo que al menos la imagen de la Virgen quedase completamente descubierta, tal como ha llegado a nuestros días.

Actualmente todas las noches, una vez cerrada la Basílica-Catedral, el Capellán de la Virgen accede al camarín, retira el manto que la Virgen ha lucido durante el día y procede a colocar el que vestirá al día siguiente. El manto queda apoyado en una estructura de duraluminio forrada de raso morado, llamado “poyero” o “portamanto”, y queda sujeto al pilar mediante unas cintas que llevan cosidas todos los mantos en sus extremos superiores. Habitualmente se decora el arranque superior del manto con un embellecedor metálico, a modo de “ceñidor”. Concretamente, la Virgen dispone de dos: uno realizado en plata repujada con incrustación de piedras preciosas y esmaltes reproduciendo escudos, y otro labrado en oro y piedras preciosas.

Pero no sólo se han adornado los mantos con estos particulares embellecedores. Era práctica antigua, al menos desde el año 1702, la de prender joyas de todo tipo sobre los mismos. De este modo se colgaban broches, collares, cruces pectorales, etc, sobre la superficie del manto. Constancia de este uso es el “manto del cabildo” , una pieza realizada en terciopelo blanco ricamente bordado en oro que contiene espacios sin bordar para adornarlos con joyas; o la hermosísima cruz pectoral que donó en 1720 Don Lorenzo Almenguar de la Mota a la Virgen del Pilar, expresamente con el deseo de que la luciera colocada sobre su manto. Desde 1970 no se adornan los mantos con joyas.

También existe una norma para la colocación de los mantos, ésta es respetando los colores que marca la liturgia de la Iglesia, excepto en festividades concretas, entre ellas pueden citarse: San Jorge, San Valero, Santa Cecilia, La Asunción de María, Cristo Rey, La Inmaculada, Navidad, Jueves y Viernes Santo, Solemnidad del Pilar, Pascua de Resurrección, Santísima Trinidad, San Pedro, Santiago Apóstol, etc; y en ocasiones especiales como: El triduo y fiesta de la Corte de Honor, de la Adoración Nocturna, la Guardia Civil, músicos, agentes de la propiedad inmobiliaria, bomberos, telecomunicaciones, el Jueves Sacerdotal de cada mes, la visita de la familia real, la presentación ante la Santísima Virgen de los caballeros cadetes, aniversario de las fundaciones de órdenes religiosas ligadas al Pilar, etc. Además, el color rojo también se reserva para las fiestas de Santos Mártires, y los mantos de países hispanoamericanos son usados el día de la fiesta nacional de cada país.

Generalmente el pilar es revestido con uno de los innumerables mantos que atesora la Virgen, pero existen varios días en el año en los que se descubre para la veneración de los fieles. Estos días son los 2, 12 y 20 de cada mes excepto el 12 de Octubre, en el que luce el manto llamado “del Cabildo”, y el 20 de Mayo.
En estos días se conmemoran las fechas más señaladas de la devoción pilarista: La Venida de la Virgen a Zaragoza el 2 de Enero del año 40, La Solemnidad del Pilar el 12 de Octubre y La Coronación Canónica de la Virgen del Pilar el 20 de Mayo de 1905.

El día 19 de Octubre también se descubre la columna por tratarse de la Octava del Pilar.

Desde 1677 algunos de estos mantos adquieren otro valor más, especialmente los de sencilla factura. Y es que después de ser “vestidos” por la Santísima Virgen del Pilar, se han prestado a quien los desee con la finalidad de cubrir un servicio caritativo para los enfermos como prenda de amor, protección y acompañamiento de Nuestra Señora como “Salud de los enfermos”, tal y como recitan las letanías. De este modo se asegura la presencia de María en el transcurso de sus enfermedades y hasta el final de las mismas, de modo que si resultan incurables, puedan recibir incluso el maternal abrazo de la Virgen en su lecho de muerte. Prueba de ello son la gran cantidad de esquelas en las que figura la leyenda: “falleció bajo el manto de Nuestra señora del Pilar”. En la Sacristía de la Virgen de la Catedral-Basílica Zaragozana, se encuentra el libro de registro que atestigua los mantos que son cedidos y su devolución.

Entre 1941 y 1983 se confeccionaron varios mantos para tales fines, usados previamente por la Virgen. Pero es tal la demanda de estos mantos por los devotos de Nuestra Señora, tanto de Zaragoza como del resto de España y extranjero, que se quedaron insuficientes. Por eso en las últimas décadas se crearon las llamadas “Medidas de la Virgen del Pilar”, unas cintas de tela, de tantos colores como mantos tiene la Virgen, que se pueden adquirir únicamente en la Catedral-Basílica del Pilar de Zaragoza, cuya longitud es la medida exacta de la imagen de la Virgen, y que desempeñan la misma función de recordar la entrañable presencia y el patrocinio de Nuestra Señora sobre sus hijos en todo momento. Como dato curioso, es muy habitual ver estas cintas atadas en los espejos retrovisores de los coches.

En la actualidad la Santísima Virgen del Pilar posee más de 450 mantos y cada uno es prueba fidelísima del amor y la veneración que sus hijos profesan a la Virgen María.

www.catedralbasilicadelpilar.es