Con motivo del 5º Centenario de la
muerte del Gran Capitán os dejamos a la descarga en nuestra Biblioteca GEHM un
artículo sobre el Gran Capitán y la Batalla de Ceriñola.
Cuadro: Ferrer Dalmau
De todas las luchas que sostuvo Don
Gonzalo a lo largo de su carrera como militar, sin duda alguna sus batallas más
importantes fueron Ceriñola y la de Garellano, ambas acaecidas en el año 1503.
La batalla de Ceriñola es una batalla de gran importancia en la historia puesto
que cambió el curso de la guerra para las fuerzas españolas, pero también
marcaría el comienzo del cambio en la forma de hacer la guerra. La introducción
del uso del arcabuz entre sus tropas por parte del Gran Capitán fue un elemento
innovador y decisivo, que mostró que el arma de fuego marcaría un cambio
radical en los ejércitos.
Mientras
la caballería francesa había sido detenida en su avance, la formidable
infantería suiza al mando de su jefe Chandieu comenzó su ataque. El temible
cuadro suizo comenzó a avanzar al redoble del tambor hacia el centro de las
posiciones españolas. Su aparición debió de ser espectral al avanzar en medio
de los muertos y el humo en perfecta formación, abriendo y cerrando filas para
sortear obstáculos. Avanzaban lentos y firmes dirigiéndose al parapeto, donde
les aguardaban las picas de los alemanes. Al igual que a sus compañeros, los
arcabuceros esperan que estén cerca y en esos momentos sueltan una descarga de
arcabucería a quemarropa. De este modo las primeras filas de los suizos caen
segadas por el plomo, destacando entre ellos los capitanes situados en primera
fila como Chandeau, eliminando así a los mandos. Al poco tiempo se produce una
nueva descarga, sin embargo los suizos dan buena muestra de su disciplina y
continúan avanzando ocupando los soldados de las segundas líneas los puestos de
sus compañeros caídos. Los suizos subieron imperturbables la colina y llegaron
al pie del foso estableciendo contacto con los lansquenetes, quienes les
aguardaban con las picas preparadas, ambas formaciones chocaron en una masa
indefinida de picas. La presencia del foso, la mayor altura a la que se
encontraban los lansquenetes y el cansancio acumulado por la marcha y el ataque
cuesta arriba jugaban en contra de los suizos. Para complicar más la situación
la infantería suiza se vio arrollada por su flanco derecho por los restos de la
caballería francesa que trataba de salir de cualquier forma de aquel infierno.
De este modo el desorden comenzó a cundir entre los suizos, lo que unido a la
muerte de la mayor parte de sus capitanes dio lugar a que sus filas comenzasen
a desorganizarse y flaquear.
Es
en ese crítico momento cuando el Gran Capitán, desde su posición en la mitad de
la colina, decide aprovechar ese momento y ordena a su ejército atacar en masa
a los maltrechos suizos. En ese momento García de Paredes carga al frente de
sus infantes (la mayor parte rodeleros) con un terrible ímpetu, sorteando las
picas enemigas e introduciéndose de lleno entre las filas de los suizos,
sembrando la muerte y el pánico en ellas. En esa situación las picas no podían
hacer nada para frenar a un enemigo que ya se había introducido dentro del
cuadro, lo que unido al ataque por el flanco de los hombres de Pedro Navarro
diese lugar a que los suizos se viesen totalmente superados e iniciasen la
huída rompiendo sus filas.[1] En su desesperada huída los suizos
arrollan al tercer escuadrón, la caballería ligera de Yves d’Alègre, que no
llegó a entrar en batalla…..
ABC-Historia
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