“La
andada del Poyo”
CINCO OLIVAS – ALBORGE –
ALFORQUE
Coordinados por Antonio
Bolsa, él y diez andarines más de Cinco Olivas, nos reunimos en la plaza del
pueblo para iniciar una marcha senderista por los montes de Alborge y Alforque.
Son las ocho treinta de la
mañana, del sábado 3 de noviembre.
Repartidos en tres coches partimos hacia Alborge, para iniciar el recorrido
desde su mirador.
Aparcados los coches allí,
los once componentes del grupo, más un perro, comenzamos la marcha por un
camino agrícola que asciende hacia el monte. Una vez alcanzada cierta altura,
el camino gira en dirección hacia Alforque.
Por las zonas más altas del
recorrido la panorámica es espléndida. Se contempla el Ebro en toda su
majestuosidad.
Recorridos unos quilómetros,
ya se divisa Alforque. Y sobre todo se perfila la silueta inconfundible de “El
Poyo de Alforque”.
La subida al mirador de El
Poyo es corta, pero con una rampa que es todo un desafío a los músculos y al
sistema respiratorio. Como la mañana es muy buena, invita a recrear la vista
desde arriba y respirar el aire puro de la cima.
Y a fe que ha valido la pena
el esfuerzo de subir. La vista arriba es extraordinaria, y el aire embriagador.
Desde allí se divisa Cinco Olivas, Alforque… Y aunque no se ve, sí se adivina
La Zaida.
Además de contemplar el
paisaje, que ya recompensa el esfuerzo realizado en la subida, se han hecho
varias fotos del grupo, perro incluido.
El descenso nos ha devuelto
al camino, que desemboca en la carretera, ya a la vista de Alforque. Hemos
puesto rumbo hacia Alborge, llevando como testigo al Ebro que nos separaba de
las huertas de Cinco Olivas.
En el mirador de Alborge nos
esperan los coches para devolvernos a Cinco Olivas.
Unas cervezas y unos aperitivos
en la terraza del bar han puesto punto final a la actividad, y han culminado la
congratulación de todos los asistentes.
Texto: Jesús Sariñena
Fotos: Inmaculada Jiménez
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