Estamos en el momento álgido de la mayor crisis que haya padecido la humanidad en toda su existencia. Los gobiernos con escaso peso en el panorama mundial, sufren los embates de los pesos pesados de la especulación mundial y desgraciadamente, el gobierno español tiene poco peso, poca cintura, y poco nivel. Ello nos deja en esta situación de deriva permanente, a la suerte de esas olas gigantescas de la especulación mundial, que nos van arrebatando las protecciones del buque dejándolo cada vez más débil.
Y no es por no decírselo al capitán del barco, se lo hemos dicho de todas formas posibles, pero el capitán es terco y no se deja aconsejar, hace cambios en el gobierno y no mejora nada, al revés mete a nuevos personajes en el equipo de gobierno, que no aportan gran cosa para mejorar la situación en que se encuentra la nación.
Otros países, al revés que España, ponen a cargo de sus ministerios a las personas mejor preparadas, con los estudios adecuados para sacar adelante el ministerio que corresponda sin necesidad de tropecientos asesores en cada ministerio.
Al capitán del barco en su momento, le dijimos donde tenía que meter el hacha para ahorrar y sacarnos de las escolleras, pero ni caso, nos contestó diciendo que agradecía el consejo, pero que él era muy poderosón y no necesitaba nada ni nadie, que el tenía todo controlado, que España no se parecía en nada ni a Grecia ni a Portugal y que la crisis estaba controlada.
El caso es que sigo sufriendo el paso de una escuadrilla de cazas de combate por encima de mi cabeza todos los días, señal de que en ese apartado de militares no ha metido la tijera del recorte o no se ha atrevido.
Las comunidades ricas quieren la independencia y se pasan por el forro de sus caprichos los consejos del capitán, hacen lo que les viene en gana. También las comunidades que lo han apoyado para sacar los presupuestos adelante, esas le han sacado la entretela al capitán y su equipo de negociantes, trapaleros más que negociadores, alguno me recuerda aquellos vendedores ambulantes que igual te vendían una perola o una sartén, que un elixir que lo curaba todo.
Atentos todos, los pocos que no están en el paro o aún tienen algún ahorrillo en su economía familiar. El gobierno vuelve a decir que no somos Grecia ni Portugal y ahora añaden Irlanda en la frase, también añaden que nuestros bancos no tienen ningún tipo de problema, peligro total, puede que en los próximos días tengamos algún disgusto en forma de represión contra los trabajadores y pensionistas españoles y algún banco o caja de ahorros se nos va al garete.
Los muy ladinos se olvidan decir una cosa. Irlanda a la cual van a rescatar los poderosotes de Europa, tiene unos sueldos medios que doblan los sueldos españoles. Sus parados cobran subsidio mientras no encuentran otro trabajo, sus prestaciones sociales les dan cien vueltas a las prestaciones sociales españolas.
De modo que no se porque no podemos compararnos con Irlanda, bueno a no ser que queramos compararnos con Alemania, Francia, Holanda, Reino Unido, donde sus trabajadores triplican el salario de un españolito de los de a pie y sus prestaciones sociales a un trabajador en paro no tienen punto de comparación con las que tenemos en la España del presidente Zapatero y del opositor Rajoy.
¡Ojo! también a los políticos que insisten en que nuestros bancos no van hacer Crack.
Tengo la costumbre de hacer justo al revés lo que anuncian los políticos. Si dicen los bancos están muy bien, cuidado, porque alguno seguro va hacer Crack, ojala no sea el mío, solo me queda una pequeña parte de los ahorros de toda una vida. Si dicen que se acaba la crisis, hago acopio de latas de conservas, porque seguro se avecinan malos tiempos.
Los políticos deberían cambiar de nombre, deberían llamarse directamente mentirosos y nos deberíamos dirigir a ellos en esos términos.
A los políticos, solo les gusta una cosa y son capaces de hundir en el fango a su contrincante por conseguirlo. EL PODER, aunque algunos cuando lo tienen no saben muy bien qué hacer con él, así nos va a los curritos españoles.
En España tenemos además un problema añadido, es que el partido de la oposición juega a hundir la flota y lleva desde que empezó la crisis intentando hundir el buque insignia.
Por España; y el que quiera
defenderla honrado muera;
y el que traidor la abandone
no tenga quien le perdone,
ni en tierra santa cobijo,
ni una cruz en sus despojos,
ni las manos de un buen hijo
para cerrarle los ojos.
Mientras por otro lado los Alemanes, Holandeses, Belgas, Ingleses, Franceses y otros de pelo rojo o rubio y ojos azules, aun se acuerdan de la guerra de los cien años y de cómo en aquellos tiempos éramos la envidia de todas esas razas. Ellos nos quieren ahora devolver todo lo que les hicimos tragar entonces con nuestros gloriosos Tercios.
No puedo resistirme cuando la pluma deriva hacia el siglo de oro español, la sangre se revela en mis venas y mis manos van raudas como el rayo hacia la toledana y la herreruza con ánimos de desenvainarlas y hacer sangrar al enemigo.
Va de cuento: nos regía
un capitán que venía
malherido, en el afán
de su primera agonía.
¡Señores, qué capitán
el capitán de aquel día!
¡Dios! Cuanto daría por que el reloj se moviera hacia atrás y los españoles sintieran una parte de lo que sentían los españoles de entonces por su país y por sus dirigentes. Otro gallo nos cantaría ahora y en lugar de ver a nuestro poderosillo, perderse buscando el sitio que tiene asignado en el grupo de los torpes para hacerse la foto con los poderosotes de Europa. En vez de ver eso veríamos a nuestro poderoson liderando el grupo de los europeos a los cuales les dimos caña entonces.
Pasa una tropa de soldados rudos:
al hombro el arma, recios y barbudos,
tras de su jefe por la senda van.
Capitán español que fuiste a Flandes,
y a Méjico, y a Italia, y a los Andes,
¿en qué empresas aún sueñas, capitán?
O este otro verso, en que la tropa empieza a alborotarse ante tanta dejadez por parte de los poderosotes:
Mientras un hombre no muera
denle a comer y beber;
¿no hay más que andar sin comer
tras una rota bandera?
¡Por vida del Rey de espadas,
que de España iba a decir,
que no la pienso seguir
sin comer, tantas jornadas!
España de zambomba y pandereta de fiesta, de tristeza, de pasión, de dejadez, de orgullo, de pasotismo, de españoles que no te quieren, de europeos que tampoco. Con regiones cada vez más lejos del concepto España país.
¡Apelo a las fuerzas políticas bien preparadas de este país!, hagan algo por favor, no dejen que esta España tan vilipendiada por todos pero a la vez tan noble, tan heroica, tan gloriosa, tan generosa a veces. Se resquebraje y se desintegre en tantos pedazos como regiones tiene. ¡Para esto no hacía falta tanto sacrificio ni tanta sangre de nuestros ancestros! Y a ustedes como fuerzas políticas les corresponde arreglar este desaguisado que los propios políticos han montado.
Tomen las riendas, porque con esta cuadrilla que tenemos gobernando el país y la cuadrilla que espera para entrar a gobernarlo, no vamos a ninguna parte, bueno si, vamos al cierre por quiebra económica en todos los estamentos de la nación española.
Tertulias de La Manqueta
Los versos usados en este escrito están extraídos del libro de Arturo Pérez Reverte.
“Las Aventuras del Capitán Alatriste”
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