Hace ya más de un año del escrito denuncia contra los pescadores marranos, por ello decidí dar una vuelta por los sitios que frecuentan los susodichos pescadores, debo decir que en este periodo de tiempo se ha incrementado el número de pescadores, la mayoría son de origen Rumano, y también de otras nacionalidades de esa zona de Europa, más o menos lo mismo que la vez anterior.
Me encamine hacia el puente, recordé lo que había escrito sobre la basura que dejan acumulada los pescadores en la orilla del río, para que se la lleve las riadas.
No es escusa que en la orilla del Ebro no estén los contenedores, están donde están y ellos deben llevar sus bolsas cargadas de basura a donde están los contenedores, y si no hacen así, deben ser sancionados por daño ecológico.
Las bolsas llenas de basura las arriman a los árboles, eso los que son medianamente curiosos, que hay otros que ni siquiera se molestan en recoger la basura en bolsas, la dejan tirada por la zona que han estado pescando.
Fui al mismo sitio que había tomado las instantáneas el año pasado y creo que era todavía peor que el año pasado. Había muchísimas bolsas amontonadas por la orilla, una verdadera pena, un auténtico desastre ecológico. Se me entristeció el alma al ver semejante desidia.
Como puede haber gente tan marrana, por no usar una palabra más dura, este tipo de gentes, tendrán su casa llena de mierda, porque no se explica si no, ser tan guarro.
Como pueden destrozar de esa forma un paraje tan bello como son las riberas del Ebro y marcharse con su carga de carne de siluro, sin sanciones, sin ni siquiera una visita de la Guardia civil para ver al menos si tienen las licencias en regla y pescan según el reglamento.
Cosa que dudo mucho. He visto pescar con cuerdas atadas de orilla a orilla con botellas de plástico atadas a la cuerda cada diez metros y en cada botella que hace de boya una rastra de anzuelos cebados con trozos de carpa.
Los pescadores si se les puede llamar así llevan las cuerdas de orilla a orilla con una barca de goma al atardecer, acampan en cualquier sitio con sus tiendas de campaña y están todo el fin de semana pescando de esa forma, los siluros que pescan, los limpian en la misma orilla y los meten en furgonetas equipadas con frigorífico, para llevar los pescados relativamente frescos a los restaurantes que quieren comprarlos.
Cuando se van del puesto de pesca, el lugar queda arrasado, excrementos, botellas, latas, restos de pescado en descomposición, bolsas de plástico medio llenas de basura, támpax, condones, todo queda esparcido por el entorno donde han acampado.
En lugar de recoger toda la porquería que han generado meterla en bolsas y metérsela en el coche para tirarla a un contenedor, pues deciden dejarlas esparcidas por la orilla, para que cuando venga una riada se las lleve el río. Eso piensa el ladino pescador marrano, sin darse cuenta que el río rara vez llega a esa altura donde ha dejado sus porquerías.
Todo ello sin que nadie ponga fin a tamaña desidia, cada semana acuden más, mientras nadie les pare los pies, ellos siguen destrozando las orillas del río.
Lo malo es que este tipo de depredadores, cuando encuentran un sitio bello, de fácil acceso al río, con el pueblo cerca, por si les falta algo de comer, de beber o de fumar, vuelven, y cada vez que vienen a pasar el día, dejan sus desperdicios tirados por la zona.
Y no piensen ustedes que cuando vuelven se ponen en el lugar sucio que han ensuciado ellos. No que va, se ponen en un sitio limpio, cuanto más limpio mejor. Pero tranquilos cuando ellos se marchen volverán a dejar todas sus mierdas en el lugar que un día estuvo limpio, y que cuando ellos se van queda como un estercolero.
Se debe regular las orillas del río Ebro para que no ocurran estos desmanes. En otros lugares, cuando acampas en una zona de libre acampada, suele venir un trabajador del ayuntamiento y te cobra una cantidad de dinero según el número de personas, por hacer uso del entorno y te da un ticket. Además hay carteles por todos los lados recordándote que no tires la basura en cualquier sitio y contenedores de basura por todos los lugares de acampada que se limpian con la periodicidad necesaria para que estén vacíos el fin de semana.
Pues no estaría de más que aquí se hiciera lo mismo además de recaudar un buen dinero se controlaría más el uso que hacen los pescadores y acompañantes de la zona que utilizan para su afición, además se controlaría el número de visitantes.
Señores pescadores marranos, basta ya de dejar sus porquerías debajo del puente de Sástago, y otros lugares, llévense sus porquerías a su casa o deposítenlas en un contenedor, dejen el entorno limpio como lo encontraron la primera vez que vinieron a nuestro pueblo y si no ha de ser así no vengan, no queremos que vengan pescadores que no saben respetar el entorno.
Deberían funcionar algunas cámaras, sobre todo en el entorno del puente y algunos otros lugares cercanos al pueblo, que adviertan de la presencia de gente en el lugar y la Guardia Civil acudir para comprobar licencias, matriculas de coches y evitar que hagan fuego en el lugar.
Queremos pescadores que sepan cuidar el entorno que respeten la vida, gente profesional que pasa un día en la naturaleza y deja el entorno igual que se lo encuentra, limpio como si no hubiese estado en el lugar.
Ese tipo de pescadores son los que queremos.
Repetirles a los pescadores marranos que no nos hace falta que vengan a nuestro pueblo a ensuciarnos nuestro entorno, que se queden ensuciando en sus lugares de procedencia.
Es indignante ver la falta de respeto de los que dicen ser pescadores y no lo son y sus acompañantes, hacia un entorno bello y salvaje como puede ser una vegetación de ribera, no solo por la cantidad de basuras que dejan en el lugar, sino por los destrozos que hacen en el sitio que deciden pasar el día y arrasar todo lo que encuentran, árboles arbustos, matorrales, en fin todo lo que hay en varios metros a la redonda de donde ellos se sitúan, queda destrozado.
Pero tengan cuidado los amantes de la naturaleza, no se acerquen solos donde están estos personajes si ellos se ven en superioridad no solo no les harán caso sino que los insultaran y es posible que los emprendan a golpes, alegando que son racistas por llamarles la atención.
Lo mejor es denunciar los abusos a la Guardia Civil y si ella los emplaza a estar presentes mientras actúan entonces sí. Denuncien los hechos, hay que acabar con esta plaga de pescadores marranos.
Que algo o alguien impida a esta gente que campe a sus anchas, que la Guardia Civil actué con contundencia contra estos bandoleros ecológicos. O que al igual que existe en el monte la figura del guarda se cree un guarda forestal para que los fines de semana identifique, controle y sancione las acampadas libres de la zona.
Les emplazo a todos los que lean este relato a darse un paseo hasta el puente asomaos y mirar las orillas a ambos lados del puente y si ven algo punible, denunciarlo inmediatamente a la Guardia Civil.
Tertulias de La Manqueta
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