7 de enero de 2025

Belén Peregrino (Reportaje de Jesús Sariñena Tremps)

VII Belén Peregrino .- Crónica

Sábado, 14 de diciembre de 2.024- Jesús Sariñena

Ayer me acosté temprano. Quería estar descansado para

afrontar la jornada con fuerzas. Pero a medianoche me ha

atacado el insomnio en forma de ideas para esta crónica.

La mañana ha amanecido fría, como corresponde a tiempo

navideño. Nada hace pensar en “calentamiento global” ni en

“cambio climático”. Es una mañana de invierno de las de antes.

Más de sesenta peregrinos. Casi como en tiempos pasados, tan

añorados. Pero es que vamos a pisar “Camino Jacobeo del

Ebro”: Rueda, Sástago, Cinco Olivas, Meandros del Ebro. Santa

María, patrona del Monasterio de Rueda. Santiago el Mayor,

titular de la Parroquia de Cinco Olivas. Todo muy “jacobeo”.

No sólo la mañana es fría. Es que una niebla espesa cubre todo

el valle, hasta el punto de dificultar la marcha.

En el Monasterio nos espera un representante de la Asociación

de Amigos del Monasterio de Rueda. Nos da la bienvenida y nos

va a acompañar en los primeros kilómetros, facilitándonos la

marcha, como buen conocedor del camino que es. Antes de

despedirse, nos desea que tengamos un “buen camino” y una

Navidad feliz.

La empresa de Autobuses Díaz nos obsequia con vino dulce y

pastas antes de iniciar la marcha. Esto nos compensa un poco

de la niebla cerrada que nos espera.

Antes de empezar a andar cantamos la “Aurora del Peregrino”,

con más devoción que calidad melódica. Pero sabemos que la

Virgen de Rueda y Santiago lo que valoran es nuestra buena

intención.

El “camino” está ahí esperándonos. Somos peregrinos. El tramo

que vamos a recorrer no es fácil, y la niebla aumenta la

dificultad. Gracias a que llevamos un buen guía.

 

La caminata acaba en el Mirador. Desde aquí, en condiciones

normales, se puede contemplar el curso del Ebro con sus

“meandros”. El Tambor es una construcción del S. XIX, que era

un punto importante de comunicación en aquella época.

Conectaba, mediante señales, con El Fortín, otra construcción

coetánea, también visible desde aquí si la niebla no lo impidiera.

Este medio de comunicación era el “teléfono” y el “internet” del

siglo XIX. Justo debajo de aquí está el Ebro, y en él, el Puente de

Sástago. Este pueblo y también Cinco Olivas se contemplarían

muy bien si la visión fuera clara, así como la Ermita de Montler.

¡Qué pena no poder disfrutar de esta vista, que por sí sola

compensaría el esfuerzo de las subidas y bajadas que hemos

tenido que superar!

El autobús nos va a trasladar a Cinco Olivas. Su Alcalde nos

espera junto a la Ermita de San José para conducirnos hasta la

Plaza de la Iglesia. Allí nos reciben algunas personas del pueblo

para acompañarnos al Pabellón Municipal, donde se nos

obsequia con un exquisito caldo caliente y galletas

acompañadas de moscatel.

Es el momento de la Santa Misa, oficiada por el Rvdo. D.

Hidelber de Jesús Garzón, Párroco de Cinco Olivas. Ante el altar

hay dos “belenes”: uno de la parroquia y otro visitante, el

“belén peregrino” traído por la Asociación de Amigos del

Camino de Santiago de Zaragoza. El oficiante da la bienvenida a

los peregrinos, que participan con sus cantos en la celebración,

y también con su fervor. D. Hidelber de Jesús aporta su carisma

y sus conocimientos. Impresiona la iglesia llena de fieles y la

devoción de todos.

Antes de la comida de hermandad hay un poco de tiempo que

se dedica a visitar el embarcadero en el Ebro, y un antiguo

molino de aceite restaurado, que se mantiene muy bien

conservado. También se visita una Sala de Exposiciones, en la

que se exhiben fotografías antiguas de habitantes de la

localidad de épocas pasadas.

La comida se sirve en el Pabellón Municipal. ¡Qué más da los

platos que se han servido! Hay “hermandad” y buen ambiente

navideño. Al final se cantan villancicos. Y el Ayuntamiento nos

sorprende con unas botellas de cava que terminan de calentar

el ambiente. No hace falta más. La alegría se manifiesta en

todos los asistentes.

Desde estas líneas el agradecimiento de nuestra Asociación a los

Amigos del Monasterio de Rueda por su acogida y por la ayuda

prestada en la realización de la etapa. Y, ¡cómo no!, nuestra

gratitud al Ayuntamiento de Cinco Olivas por su generosidad, y

a las gentes del pueblo por el buen trato dado a nuestros

afiliados.

No sé si se ha notado que Sástago es mi pueblo y que yo estoy

empadronado en Cinco Olivas.

Hasta pronto

 

 

 

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