VII Belén Peregrino .- Crónica
Sábado, 14 de diciembre de 2.024- Jesús Sariñena
Ayer me acosté temprano. Quería estar descansado para
afrontar la jornada con fuerzas. Pero a medianoche me ha
atacado el insomnio en forma de ideas para esta crónica.
La mañana ha amanecido fría, como corresponde a tiempo
navideño. Nada hace pensar en “calentamiento global” ni en
“cambio climático”. Es una mañana de invierno de las de antes.
Más de sesenta peregrinos. Casi como en tiempos pasados, tan
añorados. Pero es que vamos a pisar “Camino Jacobeo del
Ebro”: Rueda, Sástago, Cinco Olivas, Meandros del Ebro. Santa
María, patrona del Monasterio de Rueda. Santiago el Mayor,
titular de la Parroquia de Cinco Olivas. Todo muy “jacobeo”.
No sólo la mañana es fría. Es que una niebla espesa cubre todo
el valle, hasta el punto de dificultar la marcha.
En el Monasterio nos espera un representante de la Asociación
de Amigos del Monasterio de Rueda. Nos da la bienvenida y nos
va a acompañar en los primeros kilómetros, facilitándonos la
marcha, como buen conocedor del camino que es. Antes de
despedirse, nos desea que tengamos un “buen camino” y una
Navidad feliz.
La empresa de Autobuses Díaz nos obsequia con vino dulce y
pastas antes de iniciar la marcha. Esto nos compensa un poco
de la niebla cerrada que nos espera.
Antes de empezar a andar cantamos la “Aurora del Peregrino”,
con más devoción que calidad melódica. Pero sabemos que la
Virgen de Rueda y Santiago lo que valoran es nuestra buena
intención.
El “camino” está ahí esperándonos. Somos peregrinos. El tramo
que vamos a recorrer no es fácil, y la niebla aumenta la
dificultad. Gracias a que llevamos un buen guía.
La caminata acaba en el Mirador. Desde aquí, en condiciones
normales, se puede contemplar el curso del Ebro con sus
“meandros”. El Tambor es una construcción del S. XIX, que era
un punto importante de comunicación en aquella época.
Conectaba, mediante señales, con El Fortín, otra construcción
coetánea, también visible desde aquí si la niebla no lo impidiera.
Este medio de comunicación era el “teléfono” y el “internet” del
siglo XIX. Justo debajo de aquí está el Ebro, y en él, el Puente de
Sástago. Este pueblo y también Cinco Olivas se contemplarían
muy bien si la visión fuera clara, así como la Ermita de Montler.
¡Qué pena no poder disfrutar de esta vista, que por sí sola
compensaría el esfuerzo de las subidas y bajadas que hemos
tenido que superar!
El autobús nos va a trasladar a Cinco Olivas. Su Alcalde nos
espera junto a la Ermita de San José para conducirnos hasta la
Plaza de la Iglesia. Allí nos reciben algunas personas del pueblo
para acompañarnos al Pabellón Municipal, donde se nos
obsequia con un exquisito caldo caliente y galletas
acompañadas de moscatel.
Es el momento de la Santa Misa, oficiada por el Rvdo. D.
Hidelber de Jesús Garzón, Párroco de Cinco Olivas. Ante el altar
hay dos “belenes”: uno de la parroquia y otro visitante, el
“belén peregrino” traído por la Asociación de Amigos del
Camino de Santiago de Zaragoza. El oficiante da la bienvenida a
los peregrinos, que participan con sus cantos en la celebración,
y también con su fervor. D. Hidelber de Jesús aporta su carisma
y sus conocimientos. Impresiona la iglesia llena de fieles y la
devoción de todos.
Antes de la comida de hermandad hay un poco de tiempo que
se dedica a visitar el embarcadero en el Ebro, y un antiguo
molino de aceite restaurado, que se mantiene muy bien
conservado. También se visita una Sala de Exposiciones, en la
que se exhiben fotografías antiguas de habitantes de la
localidad de épocas pasadas.
La comida se sirve en el Pabellón Municipal. ¡Qué más da los
platos que se han servido! Hay “hermandad” y buen ambiente
navideño. Al final se cantan villancicos. Y el Ayuntamiento nos
sorprende con unas botellas de cava que terminan de calentar
el ambiente. No hace falta más. La alegría se manifiesta en
todos los asistentes.
Desde estas líneas el agradecimiento de nuestra Asociación a los
Amigos del Monasterio de Rueda por su acogida y por la ayuda
prestada en la realización de la etapa. Y, ¡cómo no!, nuestra
gratitud al Ayuntamiento de Cinco Olivas por su generosidad, y
a las gentes del pueblo por el buen trato dado a nuestros
afiliados.
No sé si se ha notado que Sástago es mi pueblo y que yo estoy
empadronado en Cinco Olivas.
Hasta pronto
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