Denuncian peleas, alborotos e intimidaciones en el
entorno de un piso tutelado de menores
El IASS y la entidad que
gestiona la vivienda reconocen el problema de convivencia y dicen estar
buscando una solución.
Notícia
de Heraldo de Aragón
"Nunca había salido tanto a la
terraza de mi piso como ahora", afirma Antonio (nombre ficticio), para dar
cuenta del temor que siente por su familia desde hace unos meses. "Salgo
cuando mis hijos o mi mujer vienen o se van de casa y también cada vez
que hay problemas en la calle y viene la Policía, que es prácticamente todos
los días", añade.
Este zaragozano reside junto a su
familia en una calle del centro de la capital aragonesa en la que hay una casa
de acogida (no se precisa la dirección ni el barrio por razones de
seguridad). En el piso conviven varios menores tutelados por el Gobierno de Aragón y,
según han denunciado públicamente varias familias de la zona, los adolescentes
generan muchos problemas de convivencia, desde peleas a intimidaciones pasando
por alborotos a deshoras. "Estamos atemorizados", confiesan.
Según apuntan los vecinos, una
sociedad inmobiliaria adquirió el piso el pasado mes de marzo y realizó algunas
obras menores de adecuación, como poner extintores en los pasillos y
cerraduras en todas las puertas. "En ningún momento nos dijeron lo que se
iba a hacer en el inmueble", apuntan los denunciantes, que explican que el
piso se habitó en abril, pero los problemas de convivencia que denuncian
empezaron a finales de agosto.
Varias familias que viven cerca de la
casa de acogida se han puesto en manos de abogados y han trasladado la
situación tanto a la entidad social que gestiona el piso como al Instituto Aragonés de Servicios
Sociales (IASS), responsable último de la gestión de la vivienda.
También han hecho una recogida de firmas a modo de protesta. Esta semana la han
enviado al Gobierno de Aragón con más de 150 adhesiones.
Fuentes del IASS han explicado a este diario que han recibido las quejas de
los vecinos y están tomando "las medidas oportunas" para solucionar
la situación. De la misma forma, los responsables de la entidad que gestiona la
casa de acogida han reconocido los problemas de convivencia y han apuntado que
ya han reforzado la presencia de educadores en el piso, con el objetivo de que
los jóvenes estén más controlados y no causen conflictos con los vecinos.
Además, han informado de que trabajan
junto al IASS en la redistribución de los menores -que será una
realidad en un corto espacio de tiempo, apuntan- y en dar una respuesta
específica a aquellos jóvenes que lo necesiten por sus circunstancias
personales.
La de estos vecinos no es la primera
queja sobre un piso de acogida. A principios de noviembre, otra comunidad de
propietarios, también situada en el centro de Zaragoza, envió varios requerimientos a la
DGA para transmitir los "graves trastornos" que estaban
generando en el edificio un piso tutelado. Hace un mes y medio
que iniciaron el procedimiento y denuncian que poco o nada ha cambiado en el
inmueble.
A mediados de septiembre, en otro piso
de menores tutelados, dos policías nacionales resultaron
heridos tras intervenir de madrugada en un altercado entre
jóvenes residentes. Aquel incidente se saldó con un menor detenido.
Debate en las Cortes
El pasado 21 de diciembre, los
incidentes en viviendas tuteladas llegaron hasta el pleno de las Cortes de Aragón. La
diputada Ana Marín (PP) preguntó a la consejera de Ciudadanía y Derechos
Sociales, María Victoria Broto, por las medidas concretas que ha puesto en
marcha la DGA para solucionar las quejas vecinales en equipamientos de este
tipo.
Broto explicó que el procedimiento que
ha seguido el IASS en estos casos ha sido contactar con las partes involucradas
(vecinos y empresas gestoras) para "buscar la solución más
adecuada". "Tenemos que proteger a los menores y lograr que
en la comunidad estén todos bien, en una situación de normalidad",
abundó la consejera, que rompió una lanza en defensa de las entidades que
gestionan estos pisos. "Son entidades en las que confío plenamente",
dijo.
"La Policía tiene
que venir casi todos los días"
La "pesadilla" de Antonio y sus vecinos comenzó hace unos cuatro
meses, cuando un piso cercano a su vivienda comenzó a funcionar como casa de
acogida de jóvenes. "Suele haber unos siete u ocho, pero en alguna ocasión
hemos llegado a contar hasta 14", dicen los vecinos.
"No respetan, insultan, amenazan,
intimidan a niños y a mayores y hasta han llegado a dar una patada al perro de
un hombre que lo estaba paseando", enumeran los vecinos del piso de
acogida. "Vienen adoptando comportamientos claramente incívicos, e
incluso delictivos, que han motivado la constante presencia en la zona de
patrullas de la Policía Nacional", agregan en un escrito que han remitido
al IASS.
Los vecinos apuntan que el 29 de
noviembre de madrugada, varios jóvenes se pelearon entre ellos dentro del piso
"con cuchillos". En el piso de menores hay educadores las 24 horas
del día, aunque según los vecinos, eso no es impedimento para que tiren comida
y otros objetos a la vía pública, hablen a gritos a deshora e, incluso, salgan
en plena noche de la vivienda. "Suelen salir a fumar a la calle",
sostienen quienes denuncian la situación.
Las familias que conviven en los alrededores de la vivienda social dicen
que están al límite. Además de poner el asunto en manos de abogados, han
empezado a contactar con los grupos políticos de las Cortes para conocer todos
los detalles de la concesión del servicio. "Solo pedimos que convivan
en paz y no generen problemas. Este es un barrio familiar y tranquilo",
zanjan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario