Los tres Reyes Magos
La
tradición católica navideña tiene en los Reyes Magos del nacimiento de Jesús a
un pilar fundamental de la Navidad. Y en algunos países, la mayoría
hispanohablantes, sus figuras conviven con la de Papá Noel como
portadores de los regalos navideños, cuando no la reemplazan por completo y la
entrega de presentes se limita a la noche del 5 al 6 de enero de cada año.
Su figura colectiva es inamovible: tres Reyes
Magos, uno negro y dos blancos, estos últimos con barbas blanca y castaña
respectivamente. Sus nombres, Melchor, Gaspar y Baltasar. Los tres con sus
respectivas coronas, como reyes que son. Demasiado detalle, quizás, para lo que
suele ofrecer la Biblia. En realidad, según la Biblia, solo hay una referencia a estos magos, y no dice nada de "reyes". De hecho ni siquiera dice que sean
tres, ni mucho menos sus nombres, ni sus razas, ni sus aspectos. Ni siquiera sus géneros. La mención aparece en el Evangelio según San Mateo, cap. 2 vers. 1 a 12.
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días
del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde
está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el
oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda
Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas
del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En
Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará[a] a mi pueblo Israel.
Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará[a] a mi pueblo Israel.
Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Ellos, habiendo oído al
rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba
delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y
al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa,
vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus
tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados
por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por
otro camino.
Y de paso....
Melchor
Gaspar
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