La lluvia ha respetado la mañana de la Ofrenda de flores a la Virgen del Pilar, el acto central de las fiestas de Zaragoza que la amenaza de agua no ha logrado deslucir y en el que las flores llevadas por miles de oferentes de distintos países y autonomías conforman un colorido manto sobre el que se alza y brilla la patrona. Sólo en la recta final de la gran cita de las Fiestas ha caído una pequeña llovizna que no ha conseguido deslucir el núcleo principal del acto.
La Plaza del Pilar sobre la que se levanta la estructura metálica en la que se colocan las flores de los oferentes es desde primeras horas de la mañana un continuo ir y venir de personas ataviadas con trajes regionales de distintas comunidades y países y el lugar en el que confluyen el sonido de las castañuelas, las jotas y los dances con las campanas de la Basílica.
Una aglomeración de personas que transcurre sin incidencias y que se prolongará durante todo el día hasta que el último de los 684 grupos de 17 países inscritos, que tiene su salida prevista a las 20.30 horas, entregue sus flores.
El grupo Africanos Católicos en Aragón ha sido el que ha abierto, a las 7.30 horas, el recorrido para llegar hasta la Plaza del Pilar y tras ellos han ido pasando con sus ramos familias, agrupaciones procedentes de distintos pueblos, de asociaciones culturales, deportivas y de vecinos, de cuerpos de seguridad y de distintas comunidades y países.
El primer edil, Pedro Santisteve, ha participado en la ofrenda ataviado con un traje prestado de alcalde del siglo XIX con capa y sombrero de ala ancha, según ha explicado a los medios, a los que ha detallado que cuando Carlos III los mandó cortar para evitar que la gente ocultase su identidad, los aragoneses mantuvieron ambos elementos porque no tenía dinero para comprar ropa nueva y hoy son de los pocos que los siguen utilizando.
Santisteve ha colaborado unos minutos en la colocación de ramos en la plataforma como "reconocimiento a las personas que dedican su jornada a ayudar a los demás en este acto" en el que cada año participan "más grupos" y para el que ha deseado que la lluvia lo "respete".
Los primeros ramos que se han depositado sobre la estructura han sido rojos para confeccionar el manto de la Virgen, de 2,5 metros, y para la Cruz de Lorena, elaborada también en rojo con una aureola blanca. Destaca también sobre el mosaico floral la bandera de Cuba, el país invitado de las Fiestas del Pilar de 2016.
Para que el acto más importante de las fiestas se desarrolle correctamente trabajan hoy 16 jardineros, 85 auxiliares de jardinería, 100 auxiliares a lo largo de todo el recorrido y en las entradas a la plaza y 250 voluntarios, además de tres técnicos de estructura en el manto de la Virgen y efectivos de policía local y nacional, bomberos y Cruz Roja.
La capital aragonesa vive hoy una jornada especial que aúna devoción y cariño por la Virgen del Pilar, patrona también de la Hispanidad, al que también se unen ciudadanos de otras comunidades y países, en esta ocasión, de Cuba, República Dominicana, México, Perú, Bolivia, Japón, China, Ecuador, Rumanía, Guinea Ecuatorial, Chile, Colombia, Argentina, Honduras, Venezuela, Italia y Paraguay.
Reportaje de El Periódico de Aragón
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