El Monasterio de Rueda Hoy

Abandono del Monasterio de Rueda

Desgraciadamente, bien por unas causas o por otras, en mi opinión todas ellas políticas. El Monasterio Cisterciense de Nuestra Señora de Rueda continúa cerrado.

Algún político, con desparpajo, altanería, soberbia, y chulería nos contara que es por nuestro bien, que todo se hace por el bien común para que a los aragoneses no nos cueste dinero y no se cuantas cosas mas, todo lo que se le ocurra al político de turno, chulo, altanero y soberbio.

El caso es que a día de hoy el Monasterio de Rueda, la joya cisterciense del Bajo Aragón sigue cerrada y sus trabajadores en el paro. Que podemos hacer los de a pie, además de escribir cuatro líneas para denunciar semejante atropello, no se me ocurren acciones que podamos emprender los habitantes de la zona.

De todos modos ahora que el PSOE tiene nuevo líder, igual empiezan a luchar como al principio por el bien de todos los aragoneses y empezamos a vislumbrar soluciones para algunos desmanes que deben ser controlados ya.

Este pasado fin de semana, con el alma alegre y feliz baje a mi pueblo, Sástago. Tras ver a familiares y amigos,  me acerque al Monasterio y se me entristeció el alma, al ver el lamentable estado en que se encuentra la parte visible de la joya del Ebro.

Desgraciadamente hay otros puntos que también merecen atención y quien corresponda no se la presta. El Fortín esta en abandono total, con las puertas reventadas sin uso. El Tambor abandono total, no tiene ni puerta, el Castillo de Palma, mejor no mentarlo.

 Espero que la ermita de la Virgen después de su última reforma, se mantenga en mejores condiciones en los próximos meses, aunque al paso que vamos, no se yo.

Mucha tristeza al ver tanta desolación y abandono en lugares que deberían ser importantes para la economía de la zona, creo que se puede y se debe hacer más por ellos.

Entre el deterioro de las riberas del Ebro por malas practicas pesqueras, y el abandono de lugares de interés general, no me extraña que los aragoneses nos marchemos a ver lugares reconstruidos con cartón piedra en otros países de Europa.