23 de octubre de 2009
Cosas que me mandan por correo (La apuesta)
El Presidente, naturalmente, sentía curiosidad por saber de dónde había sacado tanto dinero, y le preguntó:
- Señora, me sorprende que lleve tanto dinero encima. ¿De dónde lo ha sacado?
La viejecita contestó:
- Hago apuestas.
- ¿Apuestas? ¿Qué tipo de apuestas? -preguntó el Presidente.
La viejecita contestó:
- Bueno, le apuesto a usted 25.000 dólares a que sus pelotas son cuadradas.
El Presidente soltó una carcajada y dijo:
- Esa es una apuesta estúpida, usted nunca puede ganar con una apuesta de este tipo.
La viejecita lo desafió:
- Bueno ¿estaría usted dispuesto a aceptar mi apuesta?
- ¡Por supuesto! Apuesto 25.000 dólares a que mis pelotas no son cuadradas -respondió el Presidente.
La viejecita dijo:
- De acuerdo, pero como hay mucho dinero en juego, ¿puedo venir mañana a las 10h. Con mi abogado para que haga de testigo?
- Por supuesto -respondió el confiado Presidente.
Aquella noche el Presidente estaba muy nervioso por la apuesta y pasó largo tiempo mirándose sus pelotas en el espejo, volviéndose de un lado a otro una y otra vez. Se hizo un riguroso examen y quedó absolutamente convencido de que sus pelotas no eran cuadradas y que ganaría la apuesta.
A la mañana siguiente, a las 10h. En punto, la viejecita apareció con su abogado en la oficina del Presidente. Hizo las presentaciones oportunas y repitió la apuesta:
- 25.000 dólares a que las pelotas del Presidente son cuadradas.
El Presidente aceptó de nuevo la apuesta y la viejecita le pidió que se bajara los pantalones para que todos lo pudieran ver. El Presidente se los bajó. La viejecita se acercó y miró sus pelotas detenidamente y le preguntó si las podía tocar.
- Bien, de acuerdo. 25.000 dólares es mucho dinero y comprendo que quiera estar absolutamente segura -respondió el Presidente.
Entonces se dio cuenta de que el abogado estaba golpeándose la cabeza contra la pared y preguntó a la viejecita:
- ¿Qué coño le pasa a su abogado?
Ella contestó:
- Nada, sólo que he apostado con él 100.000 dólares a que hoy, a las 10h. Tendría las pelotas del Presidente del Banco de Canadá en mis manos.
21 de octubre de 2009
Leyendas de Aragón (El pozo del Diablo)
El pozo del Diablo
La región de las Cinco Villas está formada por Sos del Rey Católico, Ejea de los Caballeros, Uncastillo, Sádaba y Tauste, además de otros muchos pueblos cargados de historia y tradiciones.
Uno de ellos es Layana, a sólo dos kilómetros de Sádaba y a unos cien kilómetros al norte de Zaragoza.
Con poco más de 150 habitantes, Layana conserva en el cercano barranco de Busal unos yacimientos arqueológicos del neolítico, y en la margen izquierda del río Riguel el yacimiento de Los Bañales, de la época romana; su Torreón, que formaba parte del Castillo, construido en el siglo XI; y su Iglesia parroquial de Santo Tomás de Canterbury, románico del siglo XII.
Y también conserva una leyenda, la del pozo del diablo. Un pozo que, según cuentan, fue construido por el mismísimo Satanás.
El pozo del diablo
Cuenta la tradición que una moza del pueblo vivía muy lejos de las riberas del río Riguel y, por tanto, estaba obligada a recorrer todos los días un largo trecho hasta bajar al cauce para recoger agua.
Cansada de esta situación, un buen día decidió ofrecer su alma al demonio a cambio de un pozo. El diablo acudió presto a la cita, pues nunca le habían puesto tan sencilla la tarea de hacerse con el alma limpia de una hermosa joven. Pero la moza, además de joven y hermosa, era lista. Una obra tan simple para tan poderoso señor, debería llevar una condición: que el pozo estuviera construido antes de que cantara el gallo.
Satanás siguió pensando que era muy ventajoso el trato, y deseoso de poseer el alma de la joven, lo aceptó y se puso inmediatamente a construir el pozo, seguro de que lo acabaría antes del alba.
Viendo la moza cómo el demonio trabajaba afanosamente toda la noche, pensó que conseguiría terminarlo antes del plazo fijado, quedando ella condenada al infierno por toda la eternidad. Así que decidió engañar al diablo.
Sigilosamente, poco antes de que el primer rayo de sol se desperezara en el horizonte, la joven se acercó al gallinero y aproximó un candil al gallo que dormía plácidamente. Éste, al sentir la luz pensó que ya era de día y, sobresaltado, se puso a cantar.
Al oír el canto del gallo, el diablo se esfumó, tragado por el mismísimo infierno, pues no había cumplido lo acordado. De este modo, la muchacha consiguió su pozo, por lo que ya sólo tendría que bajar al río para refrescarse en las tardes de verano.
Transcripción literaria libre
20 de octubre de 2009
Historias del Tío Boleas (Un bando de perdices)
El Tío Boleas, volvía a Sástago después de una jornada de cacería, por el camino que trascurre paralelo al río Ebro, también llamado camino del Vago, por el que trascurre la acequia que riega las huertas de la Laz y de la Rosa.
Había estado disparando y llevaba el zurrón lleno de caza la canana estaba vacía y solamente le quedaba un cartucho en la escopeta.
De pronto le salieron juntos dos bandos de perdices, apuntó y al disparar movió la escopeta en abanico con el fin de acertar al mayor número posible de perdices. El Tío Boleas las vio caer entre el humo de su único cartucho, porque en el momento del disparo ambos bandos se entrecruzaron entre si y ese fue el momento en que el Tío Boleas disparo y el tiro afecto de lleno a los dos bandos de perdices, matando todas excepto una que alicortada cayó al río.
El Tío Boleas no era de los que deja que se le vaya una alicortada, así que se desnudó y se tiró al río a nadar tras la perdiz, tras unas cuantas brazadas consiguió atrapar la perdiz huida y nado de vuelta a la orilla, donde había dejado el resto de la ropa.
Al salir del agua, cuál fue su sorpresa que por llevar puestos los calzoncillos, marianos o judíos, en aquellos años era una prenda corriente, el caso es que se le habían llenado de barbos, madrillas y carpas.
El Tío Boleas no daba crédito a sus ojos ante tal cantidad de pesca, así que se puso a recogerlos en una cesta de mimbre que encontró en la orilla, pudo llenar la cesta, pero un barbo que se le había salido por la bragueta de los calzoncillos cayó al suelo, el Tío Boleas lo pisó, resbaló, las piernas se le fueron al cielo y el se fue al suelo.
Al caer al suelo de culetazo, lo hizo sobre una liebre que allí estaba encamada, matándola en el acto.
Nunca un cartucho estuvo tan bien aprovechado pensó el Tío Boleas, mientras se vestía y recogía la caza, las veinte perdices, la cesta con los barbos, carpas y madrillas y por supuesto la liebre.
6 de octubre de 2009
Noriales de Sástago
“ Iten se les da la barca, sirga y dos norias todo nuevo(1)”
En estas citas no se hace referencia al molino harinero, el del norial de Montler, llamado Molino del Ebro.
La siguiente referencia contrastada notarialmente nos lleva al 27 de Abril de 1643(2). Es, en esta época, Alcaide, Justicia y Jurado del Concejo, de la Villa de Sástago, el señor Domingo Navarro, labrador. En esta fecha se encuentra en Zaragoza, anteriormente el 12 de Abril, de ese año, ha recibido poderes notariales del Concejo de la Villa, para aceptar en nombre de todos los sastaguinos, la aceptación y loacion de la huerta, sotos, y sarda de la huerta de Monler, el molino harinero y anoria de dicho nombre.
Rige los destinos de la Casa y Condado de Sástago el Hlsmo Señor Don Enrrique de Alagón y Pimentel Conde de Sástago y Marqués de Aguilar, Gobernador de Bruselas y residente en los Estados de Flandes, este, no está presente en la asignación y es representado por los conservadores y censalistas de la concordia, Casa y Estado de Sástago Don Manuel Harca de Bolea, noble, Don Bernardino Pérez de Bordalla, Don Felipe de Bordagí, Don Jaime Aznarez , Infanzones de Zaragoza y Don Pablo Francés de Irritigoiti Señor de Gerona.
Del extenso documento notarial recogeré las alusiones que contiene referentes a la cesión de la propiedad y al compromiso de pago, por parte del Concejo, dice así:
“Damos al Concejo y vecinos de la Villa de Sástago la huerta sotos y sarda de la huerta de Monler el molino arinero y anoias de Montler para que lo gocen hagan y dispongan de ello como cosa suya propia y para que la repartan y dividan dicha huerta en la manera que les pareciera (2)”.
Referente al compromiso de pago, por parte del Concejo, el documento dice:
” Iten con condición de que por la pastura que el Conde pierde en toda la dicha partida y sarda de Montler que queda para los vecinos de Sástago hayan de pagar y paguen en cada un año trescientos sueldos jaqueses para la masa común de dicho estado para el día y fiesta de la Natividad del Señor(2)”
Tras la firma de este documento, el Concejo pasó a ser propietario de todas las infraestructuras de riego sarda y huerta de Montler, si bien a partir de esa fecha las alusiones que encontramos de todo el conjunto son de forma genérica. Antonio Ponz, en su obra Viaje por España de 1788, de Sástago nos dice:
“Sástago, Villa de 300 vecinos. Con tres norias, de agua del Ebro y una mina riegan 2200 cahizadas de tierra. El Señor de este pueblo, que lleva su titulo de Sástago reside en Zaragoza por las nuevas norias que ha hecho construir, manifiesta su buen modo de pensar(3)”.
De forma parecida se expresa Ignacio de Asso, en 1795, nos cita los noriales pero de manera poco concreta. Es Pascual Madoz en 1846, en su Diccionario Geográfico, el que comenta las minas y acueducto que atraviesan la montaña y el pueblo pare riego de sus huertas.
Es en el año 1896 cuando encontramos documentación (4). En este año aparecen como propietarias del Molino del Ebro las hermanas Dª Rafaela, Dª Dolores Dª Josefa Poblador, estando dispuestas a la venta de dicho molino, a la Alfarda de Montler, junto con el llamado “ camper del molino” primer huerto de los “campillos” que proporciona verduras y hortalizas al molinero. El precio que se acordó fue de 12.500 pesetas pagaderas en ocho anualidades de 1.562.50 pesetas cada una. No se elevó, la venta, a escritura pública, sino que se formalizó con documento privado, realizándose este el 22 de noviembre de 1896(4). De este modo el dominio de las aguas, molino y norial se unificó en manos de la Alfarda de Montler.
Esta situación no permaneció por mucho tiempo. El señor Juan Espiel Rovira, vecino de Barcelona, solicita a las Alfardas la cesión de los derechos que los regantes tienen sobre el agua del rio Ebro, desde tiempo inmemorial, obtenida esta cesión el señor Espiel se compromete a instalar por su cuenta varios establecimientos fabriles que darán importancia a la Villa y aumentaran sus medios de vida, con la promesa de suministro de agua de riego gratuita en la cantidad que ahora disfrutan.
La escritura de cesión se firmó en el Salón de la Casa Palacio del Señor Conde de Sástago el 22 de abril de 1897, en su punto nº 7 se transfieren al señor Espiel todos los derechos y obligaciones que la Alfarda tiene sobre el Molino del Ebro y “camper del Molino. Con este acto la propiedad del molino y el dominio de las aguas pasa en su totalidad a depender del señor Espiel . A partir de esta fecha nada conocemos del citado molino, pocos conocen de su existencia, a pesar de estar en el casco urbano de la Villa.
La siguiente referencia documentada nos lleva al 25 de septiembre de 1938 (5).Hasta esta fecha el cargo de presidente de las Alfardas recae sobre el alcalde electo de la Villa, el nuevo Ayuntamiento solicita la creación de las Ordenanzas de la Comunidad de Regantes de las acequias “Del Partido y “Montler”.
En la relación de bienes que aportan las Alfardas que se unifican estas en su inventario de bienes incluyen, en su artículo 2º, la presa ó azud de Montler junto al norial, no así el dominio de sus aguas que ya había sido cedido, estas ordenanzas fueron aprobadas por el Ministerio el 25 de Marzo de 1945.
A partir de esta fecha ninguna entidad, privada ni pública, procedió a la inscripción en el registro de la propiedad como bienes propios ninguna de estas importantes instalaciones de riego. El Ayuntamiento de Sástago ha tramitado la documentación oportuna, aportando las escrituras notariales de 1643, para reclamar la propiedad de estas instalaciones.
Los noriales de Sástago funcionaron, de modo alternativo, hasta los años cuarenta. En invierno con abundancia de agua eran las norias las que suministraban el agua de riego, en verano, con escasez de caudal las motobombas eléctricas eran las encargadas de suministrar el agua. En el año 1952 se cerraron las entradas de agua de los noriales y sus norias se desmontaron.
A partir de este momento el abandono y la indiferencia han sido sus compañeros permanentes, enemigos temibles. Son con muchos siglos de diferencia las construcciones más antiguas de nuestra Villa. A lo largo de siglos enormes avenidas de agua soportaron sus fundamentos, contra sus sillares, de arenisca, monumentales árboles, empujados por las riadas, chocaros en ellos, todo lo soportaron.
Del Molino del Ebro, después de su cesión, en1897, ningún dato hemos conseguido de él, de su edificio que se ha perdido, en parte de una de sus paredes apenas puede leerse lo poco que queda de un cartel que dice “precio fijo” Es de suponer que sepultado por los escombros del edificio estén los restos de su turbina y estructura de piedra, por lo cual antes de hacer ninguna actuación, se debería de comprobar esta posibilidad. En el Monasterio de Rueda así ocurrió, limpiado su solar dejó al descubierto, prácticamente integro el conjunto de su turbina, estructura de piedra y rodete, único en Europa de estas características.
En él norial, de Montler, han bastado 60 años, de abandono absoluto, para que sus cimientos estén atravesados por enormes raíces de olmos , chopos e higueras que desplazan sus sillares, algo que el paso de muchos siglos no consiguieron, que inexorablemente los están destruyendo, enormes cañaverales y zarzas los han sepultado hasta el punto de que a pesar de estar en el casco urbano, nadie lo pude ver.
El conjunto de nuestros noriales, es único, no solo en España, sino en Europa, para ver algo parecido deberemos de desplazarnos al rio Orantes, en Siria, donde existen unas instalaciones, de norias, similar a las nuestras, pero que está en funcionamiento, las medidas de nuestras norias sobrepasan en dos metros a las de otras provincias españolas y las intensidad y lo monumental de las construcciones es única.
Esta situación no puede seguir así, nuestros ayuntamientos y Comarca, deben de reclamar a las administraciones superiores la adjudicación de partidas presupuestarias para, en primer lugar, proceder a la limpieza y desbroce de toda la maleza que lentamente los está destruyendo, sería imperdonable, e irrecuperable, que el abandono al que están sometidos en la actualidad termine por destruirlos. Afortunadamente el Ayuntamiento de Velilla tiene adjudicada la restauración de su magnífico norial de dos ruedas.
Alforque está en tramitación de recuperar la propiedad del norial y molino harinero, ejemplos que deberían de seguir los de Cinco Olivas, Montler y Parte de Allá, el potencial turístico de todo ello es enorme.
Restaurado el conjunto del Monasterio Rueda, en uno de sus sillares tiene la grabación “A1090” lo que nos puede dar una idea de la antigüedad de todas las instalaciones de la zona, el resultado es espectacular ¿Quién podría pensar, 25 años atrás, que podríamos contemplar esta maravilla, monasterio y molino restaurados? Me pregunto ¿Por qué no en la totalidad de nuestros noriales? A nuestra Comarca y Ayuntamientos no les faltará el apoyo de asociaciones y entidades de nuestros pueblos .
Bibliografia empleada
1. Acta de población de la Villa de Sástago edición de 1890
2. Archivo de la Corona de Aragón
3. Viaje por España de Antonio Ponz 1788
4. Documentación propia
5. Ordenanzas de la Comunidad de Regantes Sástago
Antonio Enfedaque Sariñena