Este mes de febrero hace mucho frio y apetece estar al rescoldo del hogar o de una buena hoguera y en esos momentos que hay mejor que te lean un cuento o unas buenas poesías. Pues eso vamos hacer, os vamos a publicar unas cuantas de nuestro poeta favorito, Julio Izquierdo.
TRINOS
Con un cardo seco
esperando paciente
el soplo del cielo
que lo desperdigue y
lo perpetúe, me deleito.
Con andar pisando
tierra, disfruto,
y escribiendo estos
torpes versos
me siento un viejo
muy afortunado.
Tengo ojos y veo
volar.
Tengo oídos y oigo
trinar,
y me rodea un mundo
de hermanos
con los que
palpito.
Quiero terminar
este poema gritando,
¡¡VIVA LA VIDA!!
TODO ES MIO
Desde la colina dorada de la tarde,
sentado en el regio trono de esparto y ontina
y coronado con aureolas de sol y bruma,
veo mi pueblo, mi sol, mi río.
Todo lo que abarca mi vista es mío:
incluso el cielo que adorna el arco iris,
el paisaje interminable
y la vigilante cigüeña de la torre.
Todo me pertenece.
Todo
PUENTES SIN BARRERAS
Veo un mundo de anchos puentes
sin vallas y sin barreras,
de orillas acogedoras
y fronteras siempre abiertas.
Un mundo donde el amor
sea el motor de la vida,
sea el néctar de las almas
donde la virtud anida.
Un mundo de amaneceres
brillantes, de viento en calma,
de niños jugando al marro
y madres alborozadas.
Rezaré por si hay un dios
que escucha mis sentimientos,
y porque mis sueños son
súplicas y no lamentos.
UN DIA MAS SE
AVECINA
y ya las carpas del
río
se asean dentro del
espejo.
Los niños, dormidos
aún,
sueñan con don
Rogelio y la regla de tres.
Las cañas de la
ribera,
violines afinados
de la madrugada,
entonan su melodía “astrolírica”
para que sapos y
ranas convivan.
Los juncos,
remolonean con el agua
marcando el ritmo
de la corriente
como batutas
divinas movidas por el dios invisible de los lechos.
Todo es candor.
Todo aroma. Todo armonía.
Hasta la garrafa
contaminante de plástico gris
se sumerge
avergonzada ante tanta belleza.
Ya se despiertan
los niños.
Ya empieza la
algarabía.
Suenan los
despertadores.
Un día más se
avecina.
Cortesía de: Julio Izquierdo
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