Una senda jacobea
que discurre junto al río
nos conduce hacia la ermita.
En paseo matutino,
al amparo del roquedo,
acompañados de trinos
e inconfundibles aromas
de romeros y tomillos,
ascendimos a Montler:
devoción del sastaguino.
hurtar su celebración
en este año dos mil trece
mas, el pueblo no cedió.
La gente no fue remisa,
y en romería subió
para ofrecer a su Virgen
rezos y flores de amor.
Y lo hicieron en su día,
en eso no hay concesión*.
* Aun respetando las tradiciones,
siempre he defendido que las celebraciones, tanto la romería a la Virgen de Montler como la
hoguera de San Antón, se pudieran trasladar al sábado más cercano a la fecha
del Santo.
Recuerdo que con ese motivo, en los
años en que no podía acudir a las citadas celebraciones si caían entre semana,
escribí estas estrofas que no publiqué en su momento y ahora adjunto a este
escrito.
Esperando el mes de abril,
en concreto el veinticinco,
para subir a Montler,
devoción del sastaguino.
Y subir en romería
por la senda, junto al río.
En el cerro está la ermita,
pinos, romeros, tomillos.
Sentir que queda en deseo,
pues lo celebro festivo
dos años de cada siete.
Y sabréis que no es capricho,
las veces que cae su día
en sábado o en domingo.
Los restantes me conformo
visitándola solico.
no es pequeña la explanada.
Caben allí chiringuitos
con mucha gente acampada
y parecía repleta
a eso de media mañana.
Con su alegría y su ritmo,
la melodiosa charanga,
que no hizo honor a su nombre,
pues poco estuvo sentada,
a la jovial concurrencia
continuamente espoleaba.
Tras la misa y la visita,
hubo una gran desbandada:
por prevención o temor,
casi vacían la campa.
Los que en el campo quedaron,
gente tenaz más que osada,
sin sobresaltos por lluvia
culminaron la velada
a la sombra y con chaqueta
mas, con gozo y animada.
que ocupó mucha mañana:
tras el paso de unos años,
las estancias aledañas
a la iglesia de la ermita
han quedado restauradas.
Entre crítica y curiosa
-se tenían muchas ganas
de verlas ya terminadas-
la gente las visitaba.
Toda una reconstrucción,
no un simple aseo de cara.
Comenzó por los tejados,
siguieron todas las salas:
comedores y cocina,
el patio con su terraza,
despensas, baños, aseos,
su colgante balconada…
Todas las vigas –maderos-
a la vista , barnizadas.
Excelente el mobiliario,
con sobriedad adecuada.
queda bien recompensada,
pues buena impresión causó,
satisfactoria, muy grata.
Felicitación merecen,
también nuestras alabanzas
y congratularnos todos
dispuestos a disfrutarlas.
Solo queda disponer
cómo podrán ser usadas.
La polémica surgió
al no poder emplearlas,
de momento por lo menos.
Ya veremos si mañana…
El porqué nadie sabía
ni hubo allí quién lo aclarara.
Hace falta información,
pues fue muy solicitada.
Seguro que habrá quién pueda
satisfacer tal demanda.
me decía un peregrino.
Aunque llueva, sople el cierzo,
caiga niebla o haga frío,
allí siempre luce el sol,
pues todo el mundo es amigo.
Ya sé que tiene Montler,
a comprobarlo te animo.
No es ninguna novedad,
es una cosa evidente:
en el pueblo o en ciudad,
la fiesta la hace la gente.
Sin primar, la cantidad
es añadido aliciente.
Con gotas de voluntad,
muy principal ingrediente,
que no falte la hermandad:
garantizan buen ambiente.
Rafael Fernández Tremps.
Sástago, abril 2013
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