1 de enero de 2011

Los "Supermañicos" Fantásticos


PRÓLOGO
Antes de empezar a leer este libro debéis saber que no es un libro educativo, interesante ni planificado. Es un libro para pasárselo bien y ver cómo yo estoy loco de atar para escribir un libro de superhéroes de pura cepa, con los nombres de mis amigos. No trata de superpoderes ni de hechos fabulosos, sino de unos colegas que forman un grupo de “pringaos” pensando que así serán más populares. Se encontrarán con unos villanos de verdad y su vida correrá peligro, mucho peligro. Cualquier parecido con historias de superhéroes es pura casualidad. Espero que disfrutéis del libro.

Zaragoza, 23 de agosto de 2010

Diego Hernández Royo

CAPÍTULO 1        SOY COMO SOY

¡Hola! Soy Diego y os voy a contar la historia de mi vida. Yo soy un chico de Zaragoza, más concretamente del barrio de las Delicias. Tengo 13 años y una vida muy larga por vivir. Soy alto, ojos marrones oscuros y de mi aspecto no me apetece mucho hablar.
Aunque cueste mucho creerlo yo no era muy popular, es más, me apodaban “el friki maño”. Era un “viciao” de los videojuegos, pelis, comics y sobre todo, era un amante de la pintura y la mitología griega. Esto os sonará raro, pero es verdad; me encantan los mitos griegos y todos los dioses del Olimpo (yo me consideraba Poseidón porque me encanta el agua). Respecto a superhéroes sería una mezcla entre La Cosa, Hulk y La Antorcha Humana. Mi nombre de superhéroe era Didachos (Diego en griego).Yo no era el único friki de mi ciudad, es más, tenía tres colegas quizás más friquis que yo:
Adrián era el más callado y tímido de todos. También a él le gustaban toda clase de comics y de consolas. Su obsesión eran los animales y aparte de ser superhéroe de mayor quería ser veterinario. Era mi mejor amigo y nos habíamos pasado la vida juntos desde pequeños. Su nombre de superhéroe era Castman (hombre castor).
Adrián tenía una hermana que también era coleguilla mía: se llamaba Aldara. Era la más pequeña del grupo y a veces le tomábamos el pelo. Era fan de los Jonas Brothers y Hanna Montanna. Lo de los superhéroes no lo llevaba en la sangre, pero como no era muy popular, no le quedaba más remedio que estar con nosotros leyendo comics. Su nombre de superheroína era Aldgirl (Aldara + girl).
El otro amigo que me quedaba era David, ( “Mister D”) que también había sido mi amigo desde pequeño. No era muy alto y tenia gafas de culo vaso. Siempre estaba de buen humor y era el más gracioso de la banda. El único superpoder que tenía era el de ahuyentar a las chicas (por eso yo no me comía una rosca, je, je).
Adrián y yo le habíamos tomado el pelo siempre diciéndole que estaba saliendo con Aldara. Aunque de tanto decírselo se quedo pillado de verdad y no sabía como declararse, claro que tenia a “don Amor” (o sea, yo) como amigo y seguro que le ayudaría a conseguirla.
Bueno estos son mis amigos: raros, extraños, entrañables, divertidos y cutres, pero mis amigos.
Y ¿qué decir de mí?.....como dice la canción de Pignoise “soy como soy”.

CAPÍTULO 2      LUCES, CÁMARA, ACCIÓN

Toda buena historia de superhéroes viene de una trágica muerte de sus padres. Pues esta no. Yo era el único de los 4 que iba al colegio de “Eladio And Company”. Un 12 de junio de 2010, mi clase y yo fuimos de visita cultural al parque de La Aljafería. Todo parecía indicar que iba a ser la típica salida cultural aburrida. Y así lo fue. Pero hubo un suceso muy raro. Me di cuenta de que a un chaval le estaban amenazando unos macarras para que les diera la pasta. Al rato, vi que a una señora le estaban robando el bolso y nadie de la calle fue tras el ladrón para quitarle el bolso y yo pensé “vaya m… de sociedad que tenemos que no son capaces de ayudar a una pobre mujer indefensa”. Y para terminar vi como un chico estaba acosando a una chica y ella lloraba de impotencia. Hasta ese momento.
-¡Eh tú! Déjala en paz y vete por donde has venido-dije.
-¿Estás de coña? ¡Anda, vete ya, criajo! que no estoy de humor-dijo.
-¡No te lo voy a repetir más, apártate de ella!-insistí.
-Se acabó, te voy a meter un navajazo y adiós muy buenas. -dijo.
En ese momento pensé ¡Genial me van a matar! Pero descubrí que yo no era el único chico que quería ser un ciudadano ejemplar.
Cuando me iba a cortar en pedazos, dos sombras aparecieron detrás de él y le pegaron con una litrona en la cabeza. Me quede perplejo. ¿Cómo era posible que no hubiera muerto? ¿Quién eran esas dos sombras tan sospechosas? En ese mismo instante salí de dudas.
-¿Estás bien?-dijo el chico más alto y delgado.
-Menos mal que estábamos aquí ¿Eh?-comentó el chico más fuerte.
-Esperad un momento ¡Yo os conozco!-dije sorprendido.
-En efecto ¡Somos Rober y Dani!, de tu clase.-masculló Dani.
-¡Dios mió! Sí que me he tenido que asustar para no reconoceros-dije.
En ese momento dejaron de hablar porque se acercó la chica.
-Muchísimas gracias a los tres, pero sobre todo a ti -finalizó ella.
-De nada, cualquiera habría hecho lo mismo –dije.
-No, nadie habría sido tan valiente. ¿Cómo te llamas? -dijo ella.
-Diego. ¿Y tú?- respondí interesado.
-Mónica Chasse -dijo ella.-¿Cómo podría agradecértelo? ¡Ah, ya sé!
Y sin poder reaccionar, Mónica se lanzó en mis brazos y me besó.
Fue el mejor beso de mi vida (…aunque tampoco he tenido muchos.)
Después se marchó entre el revuelo de jubilados que estaban esperando el “20 Minutos”, pero yo sabía que era la chica de mi vida y que la volvería a ver.
-Ya sé lo que vamos a hacer: ¡Os uniréis a mi grupo de superhéroes! –dije.
-¡Sí!-gritaron Rober y Dani entusiasmados por la idea.

CAPÍTULO 3 PRIMERA MISIÓN…IMPOSIBLE

El saber que el grupo de superhéroes iba a crecer me llenó de “orgullo y satisfacción”. No pensé como se lo iban a tomar los demás pero tampoco creí que les importara.
La visita a la Aljafería acabó pronto y nos volvimos al cole en bus público. Yo me senté al lado de Dani. Estuve medio camino pensando en Mónica. No me la podía quitar de la cabeza: sus ojos azules como el mar, su pelo rubio ondulado, su nariz alargada y perfecta, boca pequeña y delicada (ideal para besar) y muchas cosas más…
En la otra mitad de camino hablamos de nuestra labor como superhéroes.
-¡Aún no me puedo creer que vayamos a ser superhéroes!-dijo.
-Pues créetelo porque es verdad – mascullé.
-¡Qué pasada! Pero no tenemos superpoderes- se quejó.
-Eso, amigo mió, es lo mejor de todo, no tenemos reglas, ni responsabilidades de ninguna clase- dije orgulloso.
-¡Estoy como loco por empezar! – contestó.

No pudimos seguir hablando de los superhéroes o los superpoderes o incluso de lo de Mónica porque …¡ un hombre con capucha se abalanzaba sobre una mujer para quitarle el bolso!
Aquel hombre encapuchado consiguió su objetivo: quitarle el bolso y después corrió a toda pastilla hacia nosotros, ya que estábamos junto a la puerta de salida del fondo del autobús. Yo me quede atónito y no supe reaccionar. Una parte de mí sabía que tenía que hacer algo e intuitivamente alargué el pie izquierdo provocando el derrumbamiento de aquel hombre.
Gracias a mi zancadilla, Dani salió disparado a coger el bolso y devolvérselo a la víctima (la mujer). Mientras Dani se lo entregaba, todo el mundo nos estaba mirando. Automáticamente el conductor frenó y fue a por el hombre de la capucha, minutos después llamó a la policía. Nuestra clase coreaba nuestros nombres como si fuéramos superhéroes y… ¿quién sabe? a lo mejor sí lo éramos.
Al rato se acercó Rober y nos felicitó por nuestra gran labor de buenos ciudadanos. Decidimos quedar el día siguiente para la gran presentación en grupo. En un momento dado vimos que el hombre encapuchado nos miraba con una mirada siniestra y vengativa.

-¡Os juro que me vengaré! –concluyó el hombre.

CAPÍTULO 4 EL EQUIPO D

Después de lo ocurrido en aquel autobús a Dani y a mí no se nos olvidaría en la vida. Al día siguiente antes de que vinieran Rober y Dani, yo quedé con Adrián, Aldara y David.
-Tengo que comentaros una cosa – dije.
-¿No me digas que te has enrollado con una tía?-dijo Aldara.
-Pues si te soy sincero me ha besado hoy un pivón –dije.
-¡Ya, ya! Seguro que dices la verdad ¿No?-dijeron Adrián y David.
-Os voy a contar la historia de ayer –dije.

Tras contarles absolutamente toda la historia, también lo de Mónica, ellos parecían estar en otro mundo, como si pensaran que se me había ido la pinza.
-Está bien ¿Qué has bebido?-dijo muy serio Adrián.
-Nada, te digo la verdad tío ¡Te lo juro!- dije.
-¡Más te vale!-dijo Aldara.
-Vale, te creemos- dijo no muy convencido David.
-…….Y ¿lo de la chica también es verdad?-dijo Adrián.
-¡Sí! Se llama Mónica y es “una diosa del amor”-dije.
-Después de lo de tu novia invisible de hace dos años…-dijo David.
-¡Nos lo creemos todo!-dijeron los tres a la vez.
-Dejando mi vida personal aparte, ¿Qué os parece lo de admitir a mis otros amigos en este grupo de superhéroes?-dije.
-Con tal de que estén buenos… –dijo Aldara.
-¡Qué salida estás maña!-dijo David como si no le importara el tema.
-¡Les daremos una oportunidad!-dijo pensativo Adrián.

En ese momento entraron en nuestro local de superhéroes Dani y Rober.
Ellos parecían perdidos en aquel “garito”.
-¡Hola somos Rober y Dani!-dijeron
-Ya sé quiénes sois –dijo Adrián.
-No os preocupéis chicos ¡Estáis en el grupo!-dije.
-¡Qué alegría nos dais! Porque pensamos que diríais que no –dijeron.
-¿Cómo le íbamos a decir que no a este “monumento”?-dijo Aldara.
-¿A quién te refieres?-dijo cabreado David.
-Al de gafas ¡Por supuesto!-dijo ella refiriéndose a Roberto.
-¡Vaya!... no sé que decir-dijo cortado Roberto.
- No hace falta que te pongas colorado….es una broma entre colegas.- dijo ella.
Pero, aunque fuera en broma, este comentario no le hizo mucha gracia a David.

CAPÍTULO 5
VAYA PAR DE DOS: F. HO Y MIGUELÓN

Siempre, en todas las historias buenas de los superhéroes de Marvel, los villanos siempre han sido médicos que se les va el tarro, que inventan nuevas sustancias para conquistar el mundo, es el caso de Hulk o Los cuatro fantásticos. Pues si pensáis que nuestro caso es igual, otra vez os equivocais. Los malos de esta historia no eran para nada así.
Ellos tenían una especie de fábrica de pescados donde estudiaban sus planes malvados. El más alto era el mayor de los dos y se llamaba F. Ho. Tenía dos hijos (una chica y un chico). El otro era mucho más joven y se llamaba Miguelón. Había sido un estudiante del mismo colegio al que iba yo. Ahora estudiaba fuera de la ciudad.
Yo no lo conocía mucho, pero dijeron que era muy raro y poco sociable, se debería a que sus padres murieron delante de él en un atraco a un banco. Ese hecho le pasó factura a lo largo de los años; decidió ir en contra de la sociedad : cuando murieron sus padres nadie se quiso hacer cargo de él.
Hoy parecía un día diferente para ellos… tenían un plan: ¡Robar la imagen de la Pilarica y el escudo del Real Zaragoza!

-¡Hola! ¿Todo listo, Miguelón? -dijo F. Ho.
-Si, no te preocupes, está todo listo -dijo su cómplice.
-¡Genial! Estoy seguro de que esta vez va a salir todo perfecto – contestó.
-Nada puede fallar –aseguró Miguelón.

Al rato volvieron y se les veía muy satisfechos En efecto. Lo habían logrado, pero no del todo. No habían conseguido robar el escudo del Real Zaragoza.
-¡Inútil! Teníamos un plan y nos ha salido a medias- dijo F. Ho.
-Lo siento ¿vale? –dijo Miguelón.
-Un error más y te juro que desearías no haber nacido.- amenazó.
-La culpa es de los dos, sino hubieras traído a tus hijos...-Refunfuñó Miguelón.
-¡La verdad es que sí! Mi hija no dejaba de hablar de un chico que le había salvado de un acoso y decía que se estaba enamorando de él. Y el petardo de mi hijo, cabreado porque un criajo le había puesto la zancadilla al robar un bolso en un autobús- dijo F. Ho.
-¡Lo mejor será olvidarnos del escudo del Real Zaragoza!-dijo su cómplice.
-Sí, es verdad, pero de la Pilarica…- .
-No, de la Pilarica, no; además ya tenemos un plan…- gritó Miguelón.

Tras la conversación, F. Ho cogió dos copas llenas de vino del Somontano.
-¡Brindemos por nuestro gran éxito!-dijo él riendo.

CAPÍTULO 6 ENTRENANDO A LO ROCKY

Eran las seis y media de la tarde y estábamos muertos de calor en nuestro garito de superhéroes.

-¡Esto no lo aguanto más! -dijo Adrián.
-Sí, es verdad -contesté.
-¿Tú también te aburres de lo de los superhéroes? -preguntó.
-No, yo me refería a lo del calor-respondí.
-¿Y por qué no hacemos algo de superhéroes? -dijo Dani.
-¿El qué?-dijo Rober.
-¿Qué tal entrenar como los superhéroes?-propuso David.
-¡Vale, por mí perfecto!-saltó Aldara.
-Pues, pongámonos a ello-dije.
-Una cosa más, a partir de ahora nos llamaros por los apodos –sugirió Adrián.
-A Didachos le parece bien -asentí.
-Y a Aldgirl también-comentó ella.
-Y Mister D no se queda atrás-dijo David.
-Ni RO.M.C - afirmó Roberto.
-Ni DA.M.G - dijo Dani.
-¡Vamos Castman! -le animé.

Los seis nos levantamos a toda prisa y nos pusimos al tajo.
Dani y David hicieron un concurso de fuerza: “levantar dos rosquillas en cada mano”; Aldara y Rober saltaban a la cuerda, aunque Rober siempre se caía cada dos saltos (pobre chaval). Adrián hacía flexiones en el suelo (llevaba 8 o más). Y yo no dejaba de pensar en Mónica y no me podía concentrar en mi labor como superhéroe; incluso pensé en dejarlo, pero de repente en el periódico descubrí una noticia que me dejó sobrecogido. ¡El Zaragoza había fichado a uno del Huesca! Se me ha olvidado decir que yo era un fan del Real Zaragoza y archienemigo del Huesca, pero esa no era la noticia más sobrecogedora del periódico. En la página posterior había la gran noticia ¡ Habían robado la imagen de la Pilarica, nuestra patrona, la Virgen del Pilar ! pero lo más intrigante y a la vez preocupante del caso no era la noticia, sino la foto que la acompañaba. Junto al pilar donde debería estar la Virgen había una sudadera con capucha, y a mí me sonaba…demasiado, la había visto antes…era la del encapuchado del autobús. ¡No había la menor duda..!

Cuando fui a avisar a los demás tuve una idea: ¿Y si nuestra primera misión como superhéroes era recuperar a la Pilarica?

CAPÍTULO 7 EL GRAN BOMBAZO

No me lo pensé dos veces y fui como una bala a contárselo a los demás.

-¡Tengo algo que contaros! -dije.
-¿Otra vez vas a hablar de esa chica? - bromeó Adrián.
-No, nada que ver -contesté.
-¿Pues qué es? - preguntaron Dani y David.
-¡Han robado la imagen de la Pilarica! En la foto se ve la sudadera del encapuchado. Estoy seguro. – afirmé.
-¿Qué me estas contando? - dijo alterado Rober.
-¡Escuchad, tenemos que hacer algo! – propuse.
-¿El qué? ¡Solo somos unos críos! – dijo Aldara.
- Me da igual, no voy a permitir que se pierda para siempre la imagen de nuestra Pilarica. ¡Es el símbolo de nuestra cuidad!- comenté-.
-Esta claro que no podemos quedarnos de brazos cruzados, además ¿no os dais cuenta?-dijo Adrián.
-Darnos cuenta, ¿de qué?-se preguntaron los demás.
-¡Podemos ser los héroes de la cuidad! – concluyó.
-Yo había pensado que debíamos ir primero a hablar con las autoridades y después actuar – contesté.
-Pienso que las autoridades no nos creerán – dijo Rober.
-Tenemos pruebas: ¡El periódico! - afirmó David.
-Pues vamos al tema: Dani y tú quedaos aquí -propuse.
-Es verdad hay que cuidar nuestro “garito”- comentó Dani.

Segundos después Rober, Aldara, Adrián y yo salimos de nuestro escondite para dirigirnos al bus (ya se que los superhéroes tienen cochazos para desplazarse por la cuidad y pillar a los malos, pero ¿Qué os creías? ¡Estamos en crisis, además somos menores!).
Estábamos tan nerviosos que no sabíamos qué bus teníamos que coger para llegar hasta la Jefatura Superior de Policía que está en el Paseo de la Constitución. Nos fijamos en la marquesina y le preguntamos a dos abuelos que estaban en la parada, esos que como tienen el bono-jubilado se dedican a pasearse en los buses todo el día en busca de aire acondicionado o calefacción; nos dijeron que cogiéramos el 21 y así lo hicimos. Queríamos llegar cuanto antes para explicar lo que sabíamos a las autoridades, todo lo que estaba pasando con la Pilarica. ¿Nos creerían?...

CAPÍTULO 8 CORRUPTA ACADEMIA DE POLICÍA

Nada más salir del autobús nos encaminamos corriendo a la Jefatura Superior de Policía pero, Rober paró un momento para comprarse una botella de agua y una camiseta de España, la que llevaba la estrellita que indicaba que íbamos a ganar el mundial ( y fue una premonición, pues sí que la ganamos)
Cinco minutos más tarde ya estábamos dentro.
Los agentes parecían “cadáveres vivientes”, no se movían, eran todos unos desagradables y su vida era tan miserable que nos dieron ganas de llorar hasta a nosotros.
Rápidamente buscamos al “pez gordo”.

-Buenas tardes veníamos a hablar sobre el robo de la Pilarica-
-¡Qué bromistas sois los zagales de hoy en día! -
-Señor, le decimos la verdad ¡Créanos!-
-¡Ay señor ¡que malo es el botellón -
-¡Si no nos cree , mire, tenemos pruebas! -
-¿Ah sí? ¡Demostrádmelo! -
- Rober, dame el periódico- rogué.

Le entregamos el periódico y le señalamos la sudadera, pero el hombre no nos hizo caso y nos pidió que nos fuéramos por las buenas o por las malas.
Cuando nos íbamos me tropecé y escuché cómo ese policía hablaba por teléfono.

-Escúchame atentamente Miguelón: Unos chicos han averiguado a través de la foto del periódico que el hijo de F. Ho se olvidó la sudadera en el Pilar, ¡maldito crío!¿Cómo pudo cometer semejante fallo? ¡Yo lo mato! En fín… Tened mucho cuidado con estos metomentodo- .

La voz del teléfono dijo:

-No te preocupes, nosotros nos encargamos de esos chicos. Quedamos en La Estación del Portillo a las ocho de la tarde. Más te vale venir -.

CAPÍTULO 9 ATRAPADOS SIN SALIDA

Me quedé perplejo con lo que acababa de escuchar.
No solo era un poli corrupto, sino que también había ayudado a robar la imagen de la Pilarica.
Salimos de allí a toda prisa. Minutos después les conté todo lo que había escuchado de aquella conversación.

-¡No me lo puedo creer! – contestó Adrián.
-En España hay muchos polis corruptos – confirmé.
-Yo solo pensaba que eso solo ocurría en las pelis y series de la tele. ¡Todo estoes una locura! – dijo Aldara.
-¿Qué hacemos? – preguntó Rober.
-Pues ir al lugar donde se han citado – concluí.
-Si vamos tiene que ser ya, no nos da tiempo a llamar a Dani y a David. ¡Tenemos que ir los cuatro! – dijo Adrián.
- Tienes razón Castman – dijo Rober.

Tardamos media hora en ir a La Estación del Portillo.
Seguimos los pasos del policía corrupto y nos metimos en una especie de almacén.
Una vez dentro pudimos observar cómo todos los ladrones estaban dentro: el encapuchado, Miguelón, F.Ho, el policía corrupto y una chica de la que me sonaba la cara... ¡Era Mónica!.
Me quede de piedra al verla del bando contrario.
Estaban charlando amistosamente y salió el tema del periódico. En ese momento el poli corrupto se puso como una fiera recriminando al encapuchado su gran fallo de dejarse la chaqueta en el lugar del robo. En un momento dado el poli le dijo al encapuchado que le iba a matar como cometiera un error más. Después de que dijera aquello el encapuchado sacó una pistola del bolsillo y le metió un tiro entre ceja y ceja. Nos dimos un susto al oír el disparo y Aldara, soltó un grito.

-¿Quién anda ahí? – dijo Miguelón.

Todos nos quedamos paralizados por el miedo y a mí entonces se me ocurrió utilizar ese truco que tanto suele funcionar en las pelis…
- ¡Miaaaaaaaau! – maullé como si fuera un gatito abandonado.
-¡Ah, era un gato callejero! – dijo Mónica.

Pero con mi “supertruco” solo ganamos tiempo porque detrás de nosotros dos seguratas nos agarraron de los hombros y nos llevaron hasta ellos.

Capítulo 10 EL BIEN CONTRA EL MAL

-¡Hombre, pero mira a quién está aquí! - dijo Miguelón
-¿No es el hijo de…? – dijo F.Ho.
-Pi Ramón – contestó Miguelón.
-¿De quién? – pregunté.
-¿Es qué no te ha dicho tu papaito que de joven fue un espía secreto y que en una misión mató a mi hermano? – concluyó Miguelón.
-¡Que falsos sois! ¿Podéis demostrarlo? – me atreví a decir.
-Muy fácil, tu padre lleva una cicatriz en el hombro derecho en forma de letra P. Y tiene tatuado las iniciales P y R – aseguró él.
-Pues he seguido sus pasos – dije.
-Lo único que él sobrevivió, tú no vas a tener tanta suerte – confirmó F.Ho.
-¡Dejadle en paz! – dijo Adrián.
-Pero, ¡si me había olvidado de tus amigos! – dijo Miguelón.
-¡No los toquéis! – contesté.
-¡Qué crío más pelma!, yo me ocupo – concluyó el encapuchado – Además, él es el que me hizo la zancadilla en el bus.
-Antes de eso me gustaría explicarles a estos “zagales” lo que voy a hacer con la imagen de la Pilarica – explicó Miguelón.
-Me parece justo – dijo F.Ho.
-Pues mira, lo de robar la imagen fue fácil, pero lo de venderla…París, Atenas y Londres la quieren será difícil decidir a qué ciudad vendérsela.
Lo más seguro… a la que mejor pague – dijo Miguelón,
-Por ahora nos iremos a Nueva York para decidirlo – concluyó F.Ho.
-¿Os ha quedado claro? – preguntó el encapuchado.
-Muy claro, que sois unos delincuentes – dijo Aldara.
-¡Mátala! – dijo Miguelón mirando a la chica.
-¡Por encima de mi cadáver! – dijo Roberto.
-Yo me encargo de ellos ¡ marchaos, no perdáis el vuelo! – dijo Mónica.
-¿Qué pasa contigo? – dijo su padre, F.Ho.
-Da igual, yo me quedo aquí – confirmó Mónica.
-Vale ,deshazte de ellos – dijo el encapuchado.

Minutos después salieron a toda prisa y nos quedamos solos con Mónica y los seguratas. Mónica cogió un paralizador y dejó K.O a los dos seguratas.

-Vamos ¡No tenemos mucho tiempo! – dijo Mónica.
-Yo no voy a ningún lado con una traidora – contesté.
-¿Esta es la famosa Mónica? - dijeron Adrián y Aldara.
-Sí, pero yo no sabía que ella … - contesté.
-¡No tenía elección, mi padre es el criminal, no yo! – concluyó Mónica.
-Didachos, si no nos saca de aquí, se escaparán – dijo Roberto.

CAPÍTULO 11 FALSAS APARIENCIAS

Yo, como buen amigo, accedí a que Mónica nos sacara de allí.
Pasaron unos minutos en los que ninguno de nosotros sabía que decir.
Aldara propuso que llamáramos a David y a Dani para avisarles del peligro que corrían. Después de llamarles nos dijeron que acudían al lugar donde nos encontrábamos en unos veinte minutos. A lo largo de los minutos Mónica me miraba con cara de “cachorrito” para darme pena y que le perdonase. Pero no iba a picar. Estaba claro que teníamos que ir a Nueva York para detenerles, pero no sabíamos cómo.

-Didachos tenemos problemas… – dijo Rober mirando a dos hombres.
-¡Son los seguratas del almacén! – contestó Adrián.
-¡Nos has tendido una trampa! – bramé yo hacía a Mónica.
-¡Eres una traidora! – afirmó Aldara.
-No he hecho nada ¡Lo juro! – dijo Mónica.
-Eres el ser más ruin que he visto en toda mi vida – aseguré.
-¡Os juro que yo no he dicho nada! – contestó Mónica.

Los dos seguratas corrieron hacía nosotros como unos posesos y sacaron las pistolas apuntando hacía nosotros. Yo me di cuenta de que a lo mejor
eran mis últimos segundos de vida y pensé en lo que había dejado por hacer: no despedirme de mis seres queridos, no haber jugado con mi hermanita Mireya, no preguntarle a mi padre todo lo que quería saber sobre su verdadera identidad y aunque cueste creerlo, no haberle dicho a Mónica lo mucho que en el fondo la quería. Todos esos pensamientos se esfumaron porque en el momento en el que los seguratas iban a acribillarnos a balazos en todo nuestro cuerpo, Mónica salió en defensa de todos y cogió de su bolso un bote de spray con cloroformo y los dejó dormidos como ratas.
A Mónica no le bastó con dormirlos, sino que también, con nuestra ayuda, los tiró a un pozo que había cerca para que no nos pudieran perseguir.

-¿Ahora me creéis cuando os digo que yo no tenía idea de nada? – preguntó
-¡Claro que te creemos, como para decirte que no! – bromeó Adrián.
-Hay que coger el primer vuelo a Nueva York que salga – dije.
-¡Necesitamos dinero y alguien que nos acompañe! – aseguró Roberto.
-Por el dinero no os preocupéis, ¡Tengo de sobra! ¿No veis que mi padre es un villano con pasta? Lo único necesitamos: compañía – contestó Mónica.
-Pues las hermanas de David se van de viaje de estudios allí – dijo Aldara.
-Ya lo tenemos todo listo, ¡vámonos! - exigió Adrián.
-¡Hola! ¿Qué es eso tan importante que nos teníais que decir? – dijeron David y Dani.
-Pues veréis… - dijé.

CAPÍTULO 12 MAÑO HASTA LA MÉDULA

Les contamos a Dani y David toda la historia que nos había sucedido desde que nos vimos por última vez. Al principio no nos creyeron, pero poco a poco sus caras de preocupación los delataron. Les contamos nuestro plan y le preguntamos a David si podían venir sus hermanas con nosotros.
Al principió ellos se negaron a ir de viaje para salvar la imagen de la Pilarica, pero les dijimos que como buenos superhéroes debíamos actuar.
Al cabo de unos minutos accedieron a venir con nosotros y David llamó a sus hermanas para que nos dejaran ir con ellas y respondieron que sí.
Todos nosotros, excepto Mónica, llamamos a nuestros padres y les mentimos diciéndoles que nos íbamos a dormir a casa de Roberto y él diciéndoles que venía a mi casa. Lo único malo es que si se llamaban los padres lo descubrirían todo, pero ése era el menor de nuestros problemas. Caminando hacía el aeropuerto Dani se chocó contra un chico.

-¿Estás bien zagal? ¡Lo siento mucho! – se disculpó Dani.
-Pues no, no estoy bien – contestó el chaval.
-¡Oye, ya te he dicho que lo siento! – dijo Dani.
-No, sino es por eso – masculló él.
-¿Entonces…? – preguntó Dani.
-Me acabó de enterar de que han robado la Pilarica – dijo el chaval.
-Oye, no te preocupes seguro que todo se arregla – le consoló Dani.
-Si tanto quieres recuperar a la Pilarica ¿Quieres venir a recuperarla? – dije.
-¿Vosotros vais a ir a recuperarla? ¡Vale, me apuntó! – contestó el chaval.
-Tendrás que decirle algo a tus padres – afirmó Aldara.
-Mis padres están en la cárcel por estafa al seguro y mi abuela está sorda como una tapia y no se entera de nada – dijo el chaval.
-Vía libre para que vengas con nosotros – aseguré.
-Una cosa más – contestó Dani.
-¿Qué pasa pues? – preguntó él.
-¿Cómo te llamas? – preguntó Dani.
-José Joaquín, pero podéis llamarme J.J. – dijo el chico.
-No, tu nombre de superhéroe no puede ser así, será: Jotaman - propusé.
-Estupendo, ya tengo nombre de superhéroe – dijo feliz J.J.
-Oye, no es por interrumpir, pero me acaban de llamar mis hermanas y dicen que ya van camino del aeropuerto – contestó David.
-No se hable más. ¡Vámonos! – dijo Adrián.

Los ocho nos fuimos de ahí rápidamente hacia el aeropuerto, donde nos embarcaríamos rumbo a un destino que nos depararía muchas sorpresas.


CAPÍTULO 13 VOLANDO VOY, VOLANDO VENGO

Nosotros, ya en el aeropuerto, nos encontramos con las hermanas de David: Sonia y Noemí. Habían cambiado mucho desde la última vez que las vi. Al principio estábamos muy callados, pero poco a poco les fuimos contando a ellas todas las historias que nos habían sucedido. Ellas prometieron no decir nada a los padres a cambio de que les prometiéramos que tendríamos mucho cuidado en cada momento de peligro. Llegó la hora de coger el avión y siendo sinceros no es que me diera miedo el avión; le tenía pánico. Ya dentro del avión teníamos que coger asiento. Dani se sentó con David, Aldara con Mónica, Rober con J.J y Adrián, conmigo.

-¡Tío, me estoy dando cuenta de que esto es una locura! – me dijo.
-Me parece que ya es demasiado tarde ¿No crees? – le contesté.
-La verdad es que sí, pero ¿Estás seguro de que lo conseguiremos? – dijo.
-Si te soy sincero, no lo sé – le respondí francamente.
-Somos un equipo, hay que conseguirlo por todos los ciudadanos – contestó.
-Hay una cosa que tengo que decirte… – le comenté.
-Yo también he de decirte algo– me confesó.
-Primero yo; cuando lleguemos a Nueva York habrá que separarse en grupos para ir a Los Ángeles, Las Vegas y Nueva York - le confirmé.
- Y ¿Cómo lo sabes? – me preguntó.
-Me lo dijo Mónica y la creo – le dije.
-¿Qué te dijo exactamente? – me volvió a preguntar.
-Que ella sabía que Miguelón no se iba a quedar en un solo sitio, él se iría a Los Ángeles, el encapuchado se quedaría en Nueva York y F.Ho se iría a Las Vegas. Todo esto me lo contó porque quiere demostrar que es inocente – le afirmé.
-Pues habrá que dividirse en tres grupos para encontrar la imagen de la Pilarica. Roberto, Aldara y David se irán a Las Vegas – contestó.
-Sí, y Dani y Mónica se quedarán en Nueva York, por lo tanto tú y yo nos iremos a Los Ángeles. Por cierto ¿Qué me querías decir? – le pregunté.
- Nada, luego te lo digo que creo que ya estamos sobrevolando Estados Unidos – dijo.

En efecto, ya habíamos llegado a EE.UU. Una hora después ya estábamos en nuestro destino. Nada más salir del avión, Adrián y yo les contamos a los demás nuestro plan de dividirnos en grupos por las distintas ciudades de EE.UU. Ellos accedieron en todo, tanto en las ciudades como en los grupos. Después nos despedimos de las hermanas de David y más tarde el resto nos separamos deseándonos suerte.

CAPÍTULO 14 NEW YORK, NEW YORK

Dani y Mónica andaban por las desamparadas calles de Nueva York buscando alguna solución al problema de encontrar la imagen de la Pilarica. Pasearon durante horas: fueron a la Estatua de la Libertad, al Empire State Building… y nada. A Mónica durante todo este trayecto se la veía incomoda y nerviosa, estaba tan rara que hasta que Dani se dio cuenta.
Ellos apenas se conocían y no tenían nada de que hablar.
Cayó la tarde y ninguno de los dos sabía de que hilo tirar, solo entraban en establecimientos para ver si estaba la imagen. Pero nada.
Solo les quedaban más o menos ocho horas para reunirnos todos.
Mónica estaba demasiado rara y no pudo contenerse.

-Dani tengo algo que contarte – se confesó ella.
-Adelante mujer, no te cortes – le facilitó Dani.
-Os he vuelto a engañar. Os he traído aquí para que mi padre os coja. – dijo Mónica
-¿Todo estaba planeado? – se extraño Dani.
-Lamentablemente sí, mi hermano tuvo la idea, primero fingí volverme buena y lo de los seguratas estaba todo controlado para ganarme vuestra confianza, pero me he dado cuenta de que sois gente estupenda y yo no soy como ellos. ¡Quiero ayudaros a encontrar la imagen y sé cómo! – dijo ella.
-Y ahora, ¿Cómo sé que esto no es otra trampa? – contestó Dani.
-Confía en mí, no te queda otra – comentó Mónica.
-Vale ¿Cuál es el plan? – preguntó Dani.
-Yo sé donde se encuentran, están a dos manzanas de aquí y la imagen de la Pilarica está en Los Ángeles, donde están Diego y Adrián. Pues bien, yo hago como que os entrego a mi padre a todos excepto a Diego y a Adrián. Luego, coges tu móvil, marcas rellamada y conectas el altavoz; aunque estés atado a una silla, podrás sacar toda la información a mi padre y Diego y Adrián, a través del móvil, descubrirán dónde esta la imagen – dijo.
-Es un plan muy difícil pero hay que intentarlo – comentó Dani.
-Todos tus amigos deben caer en la trampa – aseguró Mónica.
-De acuerdo, antes de ir los llamo y les preguntó dónde están – dijo Dani.

Se acabó la conversación. Había que ponerse en marcha. Dani llamó a Roberto y él le dijo que estaban en un casino llamado: POKER POKE.
Minutos después, Mónica entregó a Dani a su padre.
-Buen trabajo hija ¡Ya tenemos dos! – dijo F.Ho.
-Si, un tal J.J que estaba por ahí perdido y éste – comentó Miguelón.
-Y tres más están en Las Vegas en el casino POKER POKE –dijo ella.

El plan ya estaba en marcha.

CAPÍTULO 15 COMO NICOLAS CAGE IN LIVING LAS VEGAS.

Las Vegas era una cuidad con un ambiente muy hostil. Y pronto lo pudieron comprobar Roberto, David y Aldara.
Los tres estaban perdidos en aquella cuidad con tantos casinos y tantos sitios donde mirar para encontrar la imagen.
Vieron un casino con `pintas sospechosas y se metieron ahí.
El casino se llamaba POKER POKE. Nada más entrar al casino los llamó Dani y les preguntó dónde estaban, ellos respondieron que se encontraban en aquel misterioso casino.
Una vez dentro del vestíbulo pudieron comprobar que era un lugar lleno de pirados que se gastaban el sueldo en tragaperras o jugando al poker. Rober y los demás estuvieron mirando por todas partes casi tres horas seguidas y preguntando a los empleados descubrieron que el dueño del casino era Miguelón. La noticia cayó como un jarro de agua fría para ellos. Había una sala que ponía “Privado, no pasar”. David no se lo pensó dos veces y entró, los otros dos le siguieron.
En una mesa se hallaba un papel en el que decía donde se encontraba la imagen de la Pilarica. No se lo podían creer. Tenían la localización de la Pilarica. Rápidamente cogieron el papel y se fueron de aquella sala.
De vuelta al centro del casino se guardaron el papel en el bolso de Aldara y se dirigieron a la puerta.
Ellos sabían que uno tendría que ir a buscar a la Pilarica y los otros dos quedarse para hablar con los demás al día siguiente.
En este caso el que decidió arriesgarse fue David. Roberto y Aldara se quedaron. A David le quedaba poco tiempo para recuperarla y volver al día siguiente. No había que perder ni un segundo.

-¡Mucha suerte David! – le gritaron Rober y Aldara.

Él levantó el pulgar derecho en señal de que todo iría bien.
Roberto y Aldara siguieron la conversación.

-Es increíble que después de todo lo que hemos pasado la solución está en un maldito papel con la dirección de… - Roberto no pudo continuar porque sé dio cuenta que la dirección era falsa y detrás del papel ponía “Os la hemos colado” la dirección correspondía a un almacén abandonado.

-Vaya vaya, si son dos de los chavales que estaban en nuestro almacén de Zaragoza. Tengo que deciros que ya hemos atrapado a tres amigos vuestros, incluido el que cayó en la trampa de la dirección falsa – dijo riendo Miguelón – Encapuchado irás a los Ángeles y cogerás la Pilarica…

CAPÍTULO 16 LOS ÁNGELES (L.A.)

Adrián y yo estábamos perdidos por Los Ángeles, algo que no era de extrañar ya que la cuidad era casi más grande que la mitad de España . Paramos de andar a la hora de comer y nos comimos unos perritos calientes.
Después debíamos seguir con nuestra marcha y encontrar a la Pilarica.
Era un día de perros y llovía a cántaros. Ningunos de nosotros llevaba paraguas ni chubasquero, así que estábamos “chipiaos” y la gente nos miraba como si fuéramos “masocas” o estuviéramos “chalaos”.
De repente sonó mi móvil, era Dani. Nos extrañó que llamara a esas horas, pero lo cogimos igualmente. No decía nada, pero se oía mucho jaleo de fondo y escuchamos la voz de Miguelón diciendo:
-“A ver chaval si lo has entendido, la Pilarica está en Los Ángeles, en la calle Depp, y a tus dos amigos no tardarán nada en pillarlos. Y como no los cojan en menos de cinco horas os mató de uno en uno – sentenció Miguelón.

La comunicación se cortó de inmediato.

-¿Qué hacemos? ¿Vamos a por la Pilarica o los salvamos? – preguntó Adrián.
-Las dos cosas, la calle Depp está muy cerca de aquí, la he visto antes, llegamos ahí, cogemos la Pilarica y nos largamos a rescatarlos – concluí.

Él asintió enseguida y nos fuimos volando a la calle Depp, que estaba a diez minutos. Al entrar estaba todo oscuro pero distinguimos la imagen de la Pilarica. Por fin la habíamos encontrado. Tras la imagen distinguimos una sombra: era el encapuchado.

-¿A dónde os creéis que vais? Estáis muertos los dos – dijo él apuntándonos con la pistola.
-Tu jefe dijo que nos quería con vida – contesté.
-Me da igual, vais a morir entre terribles sufrimientos – concluyó.
Apretó el gatillo y disparó, con la suerte de que no nos dio porque el almacén estaba muy oscuro. No se dio por vencido y volvió a disparar, pero Adrián encontró por casualidad lo que parecía un boomerang y se lo lanzó. De chiripa le dio de lleno en la cabeza y cayó al suelo; murió en el acto. Tras lo ocurrido, metimos la Pilarica en una bolsa de deporte vieja que encontramos en el almacén y salimos zumbando al rescate de los demás. Estábamos orgullosos de nosotros mismos por haber recuperado a nuestra Pilarica, pero nuestra labor no había terminado. Eso sí, antes de abandonar el almacén nos quedaba algo importante que hacer…

CAPÍTULO 17 EL ZULO

Eso tan importante era coger la sudadera del encapuchado. Teníamos un plan, hacerme pasar por el encapuchado diciendo que había capturado solo a Adrián.
Había que coger el primer metro que nos llevara a Nueva York. Solo disponíamos de tres horas antes de que mataran a todos nuestros amigos.
Por suerte lo cogimos. Llegamos a Nueva York en dos horas. Solo nos quedaba una hora para salvarlos. No sabíamos dónde estaban, así que utilizamos la rellamada donde salía el número de Dani y con el GPS de mi móvil lo localizamos. Estaba a dos manzanas de distancia. Empezamos a correr y en media hora estábamos allí. Oíamos ruidos y mucho alboroto y decidimos entrar de inmediato, pero antes pusimos a salvo la bolsa de deporte escondida bajo unos escombros. Estaba oscuro y parecía un zulo.

-¡Hola familia! ya tengo aquí a este piltrafilla – dije con voz ronca.
-Te dije que había dos chicos ¿dónde esta el otro? – me preguntó F.Ho.
-Me lo cargué, era un chulo y no puede resistirme – volví a mentir.
Cuando dije esto a Mónica, Aldara y Roberto se les escapaban las lágrimas.

-Muy bien hijo, ¡así me gusta! – contestó F.Ho.
-¿Cómo que muy bien? – dijo Mónica enfadada – sois unas sangrientas y despiadadas personas.
-¡Qué bien nos conoces! – afirmó Miguelón.

En ese momento Mónica se abalanzó sobre Miguelón para pegarle, pero este sacó su pistola con intención de disparar y cuando fue a apretar el gatillo F.Ho se puso por el medio y fue él quien recibió el balazo.
F.Ho con el pecho ensangrentado murió sin decir una palabra más.
Mónica se hincho de valor para volver a luchar contra Miguelón pero yo la detuve. En ese momento Mónica levantó la capucha y descubrió mi cara.
Todos los que estaban en esa sala menos Adrián, se quedaron estupefactos.
Intuitivamente, Mónica me dio una bofetada (me lo merecía por lo que les había hecho pasar) y luego me besó (también me lo merecía, jeje).
Miguelón, que no había dejado de mirarme en todo momento me preguntó:
-¿Dónde esta la Pilarica? -
-En un lugar seguro – le contesté con chulería.
-Tú lo has querido – contestó.
Al terminar la conversación cogió a Mónica y le apuntó con la pistola en la cabeza.
-Esto es lo que pasa cuando alguien estropea mi plan, di adiós a tu chica-dijo muy enfadado.

CAPÍTULO 18 VENCER O MORIR EN EL INTENTO

Sin esperar a que Miguelón cumpliera su cometido a la perfección, me abalancé sobre él, sin que pudiera reaccionar. El choque fue tremendo, tanto que abrimos la puerta trasera del almacén. Miguelón agarró a Mónica y se fueron por dicha puerta. Le ordené a Adrián que desatara a todos nuestros amigos y seguidamente fui a por Miguelón. Tras la puerta trasera se encontraba una especie de riachuelo, rodeado de plantas, que enseguida detecté que eran de marihuana y detrás de esas plantas se encontraban los dos.
-Un paso más y la tiro al agua – dijo Miguelón.
-Estás solo Miguelón, somos siete personas contra uno – comenté.
-¡Ya, pero esta es la persona que más te importa! – contestó chuleándose.
-Atrévete a tirarla al río y te juro que te decapito vivo – le dije.
-Pero chico, ¿te vas a jugar la vida por una traidora? – me preguntó.
-Me da igual lo que haya hecho anteriormente – le confirmé.
-¡Es una maldita traidora! – me insistió.
-Ya, pero es mi traidora – le dije.
-Pues si es tu traidora te jugarás la vida por ella, ¿no? – concluyó.
-Por supuesto, mi vida y todo lo que haga falta – le contesté.
-Eso quería escuchar – dijo.
Y sin pensarlo dos veces quitó la pistola de la cabeza de Mónica y apuntó a mi cabeza, pero en ese momento Mónica le dio un empujón y lo arrojó al riachuelo. Lo malo fue que Miguelón agarró la pierna a Mónica y cayó también al agua. Yo me tiré tras ella, la fuerza de la corriente nos arrastraba y de repente, de la nada, surgieron las manos de Adrián y David y Roberto.
Agarré la mano de Rober y busqué con la mirada a Mónica y vi que Miguelón estaba intentando ahogar a Mónica. Le pedí a David que siguiera andando por el camino mientras yo rescataba a Mónica. David aceptó y se lo dijo a los demás. Cogí una piedra del fondo del riachuelo y fui a por Miguelón, en ese momento Miguelón cambió de postura y le di con la piedra a Mónica en la cabeza y la dejé inconsciente. No me podía creer lo que acababa de suceder. Miguelón se fue alejando de nosotros nadando muy rápido, aproveché esta oportunidad para depositar el cuerpo aturdido de Mónica en los brazos de David, y salí corriendo a por Miguelón.
La desembocadura estaba cada vez más cerca y lo peor es que al final había una gran cascada. Decidí que era inútil ir a por él y me detuve. Miguelón se dio cuenta demasiado tarde de que nos acercábamos a una cascada y no le dio tiempo a reaccionar, se le llevaba la corriente y era cuestión de segundos que le tragara el agua y muriera ahogado. Yo, mientras tanto, me agarré a una rama saliente y cuando la rama se iba romper, las manos de Adrián me salvaron justo a tiempo. Lo habíamos conseguido, solo faltaba la inmediata recuperación de Mónica.

CAPÍTULO 19 DE VUELTA A CASA

El cuerpo aturdido de Mónica nos dejó a todos muy preocupados. Tras unos minutos de espera Mónica abrió los ojos. Se la veía muy desorientada.

-Mónica ¿Estas bien? – le pregunté.
-¡Mejor que nunca mamá! – respondió.
-¿Cómo que mamá? Soy Diego – le dije.
-Ya lo sé, tontorrón, te estaba tomando el pelo – contestó.
-Déjate de bromas, hay que llamar a la Embajada Española – afirmé.
-Ya llamó yo, ¿qué les digo? – contestó Aldara.
-Diles que tenemos a la Pilarica, que la llevamos en una bolsa de deporte y que nos dejen pasar con ella en todos los aeropuertos – le explicó Roberto.
-Vale, David, ve a por la bolsa de deporte – contestó Aldara.
-Ya voy – dijo animado.
-Mónica, hay un problema, ¿qué hacemos con tu padre? – le pregunté.
-Hay que enterrarlo, ninguna otra persona debe encontrarlo – contestó.

Dicho y hecho. Lo enterramos con la esperanza de que nadie lo buscase, ni tampoco al encapuchado. Cuando volviéramos a Zaragoza con el papel de héroes, tendríamos que inventarnos otra versión de lo que realmente había pasado. La nueva versión para contar a la gente era que habíamos ido a Nueva York y vimos un almacén sospechoso y ahí se encontraba la Pilarica por casualidad y no había ningún malo. Así de simple era la nueva historia. Como el encapuchado estaba muerto en Los Ángeles, no podrían relacionarlo con este tema. Tras horas y horas de espera la Embajada Española nos dio el OK para que pudiéramos volar hacia España, también nos garantizaron que podíamos llevar la bolsa de deporte con la Pilarica como equipaje de mano. Nada más comunicárnoslo fuimos volando al aeropuerto y cogimos el primer avión de vuelta a España. Antes de subir, J.J nos dijo que se quería quedar allí. Le dijimos que no podíamos dejarle ahí. ¿Y su vida?, ¿Y su familia? Dijo que su vida estaba ahí, y que apenas tenía familia. Prometió que si se quedaba, todas las semanas nos comunicaríamos con él para ver que tal le iba. Le preguntamos qué diría su abuela. Él comentó que su abuela ya sabía que se quería ir de casa y cuando le encontramos se estaba fugando. No sabría que estaba allí. Mónica tuvo una idea, llamar a su abuela y decirle que se viniera a vivir con su nieto. Tras la conversación la abuela aceptó irse a vivir a Nueva York. Todo arreglado, J.J feliz con su abuela en N.Y y nosotros de vuelta a casa. Ya en el avión estuve hablando casi todo el viaje con Mónica. Le dije que la perdonaba y que quería que viviera conmigo ya que no tenía familia.
Ella aceptó pero antes me dio el mejor beso que me había dado nunca. Esto podía ser el inicio de una buena relación de pareja de enamorados…

CAPÍTULO 20 ¿THE END?

A la media hora de aterrizar en España, todos estábamos muy contentos de llegar a nuestro país natal, y de ser recibidos como superhéroes.
Nos intercambiábamos nuestros asientos durante el viaje para que todos estuviéramos sentados con todos. El último turno me tocó con David, le dije que le estaba muy agradecido por rescatar a Mónica en aquel momento del riachuelo. Él me dijo que no le debía nada, que para eso estaban los amigos. Y tenía razón. No me podía haber tocado un grupo de amigos mejor que el que tenía: Adrián (Castman), David (Mister D), Aldara (Aldgirl), Roberto (RO.M.C), Dani (DA.M.G), Mónica (que todavía no tenía mote), J.J (Jotaman) y un servidor. Leyendo un periódico me di cuenta de que ponía en portada “Un grupo de chicos rescatan la imagen de la Pilarica en N.Y”. Al leerlo me sentí un verdadero superhéroe, ¿Qué más misiones nos depararía el futuro? La pregunta permaneció poco en el aire, porque en la parte posterior del periódico ponía “La pócima de la eterna juventud caerá en malas manos si la CÍA, no hace nada para evitarlo”. No me lo podía creer. Ya teníamos la segunda misión al alcance de nuestras manos.
-Chicos, escuchad, tengo algo que deciros… – les comuniqué.
Nada más acabar, ellos aceptaron la misión y acordamos que la semana siguiente quedaríamos todos para aclarar la nueva y entretenida misión.
Ahora solo faltaba disfrutar del gran recibimiento que nos haría la gente en España. Cuando llegamos a Madrid, para coger el AVE e irnos a Zaragoza, la gente nos pedía que abriéramos la bolsa de deporte para que pudieran ver a la Pilarica. La gente estaba fascinada por nuestro gran logro.
Lo mejor fue llegar a Zaragoza, allí fue donde realmente se desató la locura. Las personas coreando nuestros nombres, felicitándonos, llorando… fueron los momentos más emotivos de mi vida. Llegamos al Pilar, y tuvimos la gran suerte de que el ayuntamiento nos dejó que nosotros mismos la colocáramos en su sitio. Nos dieron medallas conmemorativas por nuestra gran labor de buenos ciudadanos. Todas nuestras familias se unieron a la fiesta, pero no sin antes decirnos que estábamos castigados de por vida. Supongo que ese es el precio que debíamos pagar por nuestra locura.
Esa misma noche, quedamos todos con nuestras familias para cenar y festejar el triunfo. Les dije a mis padres el problema que tenía Mónica y dijeron que se podía quedar con nosotros. Al acabar la cena hicimos un brindis por nosotros, todos nosotros. Seguían quedando incógnitas en el aire: ¿Qué tal le iría a J.J su vida en N.Y? ¿Qué diría mi padre cuando le dijera que sabía su secreto? ¿Miguelón seguiría vivo? ¿Qué tal nos iría en nuestra próxima misión? Todas esas preguntas se contestarán en el próximo libro…¿o no?


EPÍLOGO

Si has leído este libro poco convencional de superhéroes, basado en una pandilla de amigos, estarás impaciente por leer el siguiente, ya que te habrá hecho reír y pasar un momento divertido y entretenido. Puedes haber tardado en leerlo a lo mejor una tarde o unos días… o puede que un poco más (lo cual es difícil ya que cuando empiezas a leer te enganchas y ya no puedes parar) pero seguro que quieres volver a tener entre tus manos la historia de una de las aventuras de estos singulares superhéroes: Didachos, Castman, Adgirl, Mister D, R.O.M.C., D.A.M.G., Jotaman y, ¡cómo no! Mónica.

Así que ya sabes, si quieres saber más, no te pierdas la próxima aventura: “En busca de la pócima de la eterna juventud”. Y por cierto, por si no lo sabías, Didachos se pronuncia “Didaicos”.

8 comentarios:

  1. buenísimo, para cuando es la segunda parte?

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  2. este es de los libros que merece la pena publicar

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  3. ola soy diego el escritor del libro y me llena de orgullo y satisfaccion q os guste tanto mi libro y cuento con vosotros para el segundo q sera para el verano llamandose:los supermañicos fantasticos 2.0 y la pocima de la eterna joventud didachos.

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  4. ajajajaj diego muy buen libro a ver si para el proximo libro salgo yo eeeeeeee
    soy victor por si no lo sabias jajajaaj el vito

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  5. uno de los mejores libros k he leido enorabuena didachos x tu gran trabajo siendo solo un zagal ,mejor q otros libros q yo me se (saga de crepusculo)

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  6. JAJAJAJA Q JOLGORIO K LLEGUE YA EL SEGUNDO

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  7. TODOS ESPERAMOS EL SEGUNDO LIBRO DIEGOOL

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  8. Para cuando la segunda parte¿? u otro de otro tema porque seguro que te sale igual de bien que este;)tekiero!
    att: eres solo mio diegui;) jaja

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