24 de enero de 2016

Ocho años de Crisis

Ocho años de crisis

Lo he oído decir muchas veces, la frase completa es “Si hay, guarda para cuando no hay”, normalmente en alguna conversación familiar sobre la hipoteca del piso o sobre los gastos que conlleva tener un piso en propiedad, en cualquier ciudad o pueblo de España.

En estos momentos en que la crisis (que no existía en el 2008, según algún político) y que en el 2012 amenazaba con echarlo todo al garete, incluidas las economías familiares que guardaban algo para cuando no hay. Los políticos de turno, ansiosos por seguir con un plan de gastos como si de verdad la crisis no existiera, entramos en este 2016 con casi 5.000.000 de parados la mayoría de larga duración y muchos sin percibir ningún tipo de ingreso económico.

Los ciudadanos llevamos desde el 2008 padeciendo la crisis económica (que no existía, según algún político), pero que nos ha dejado los bolsillos vacíos. De donde quieren que saquemos el dinero para pagar todos los impuestos que nos han metido desde entonces, quizás con más impuestos? Hace falta un Robín Hood!!

Porque los políticos que nos han gobernado no ponen en marcha ya los tan aireados planes de ahorro económico, para sanear Gobiernos Autonómicos y Ayuntamientos? Porque no aparcan las obras faraónicas para cuando se acabe esta situación insostenible para el bolsillo ciudadano?

Podría seguir enumerando preguntas sin respuesta y sin solución en estos momentos, no lo voy hacer. Pero lo que si voy hacer es decirles a los políticos que nos gobiernan en este estado de ruina económica que frenen sus ansias de dispendio en cosas que pueden esperar tiempos mejores, ahora hay que gobernar para una economía de guerra y no me retracto en lo que digo.

Estamos en guerra, contra la crisis económica que nos devora sin compasión. Estamos en guerra contra los filibusteros de los mercados, contra las multinacionales que compran millones de hectáreas de tierra en África para poder especular en el futuro con los alimentos. Estamos en guerra contra los políticos corruptos que meten mano en las arcas públicas. Contra los políticos que en tiempos de vacas flacas siguen gastando como si las vacas dieran leche, sin querer darse cuenta que no hay vacas.

Pero es que no se dan cuenta de lo que está pasando en España, no se dan cuenta que han agotado la economía familiar que llevaba ahorrando 40 años para cuando no hay. No se dan cuenta que como no pongan pronto remedio van a liquidar las entidades donde los ciudadanos tienen depositados los pocos ahorros (al que aún le quede algo) de toda una vida. No se dan cuenta que están acabando con las pensiones. No se dan cuenta que están acabando con la Sanidad Pública.


Mas les valía a los políticos de turno volcarse en dar trabajo a los casi cinco millones de parados que tenemos en España y que como esto siga así, pronto serán 6.000.000, y si los que aún les queda algo guardado para cuando no hay no lo remedian aportando sustento a sus familias puede llegar algo gordo.
Contraten gente del paro, limpien los montes y los ríos de España, para evitar incendios y riadas y paguen un salario decente a gente desempleada.

Desde luego que no es una solución definitiva, pero forma parte de una tormenta de ideas que deben aportar los nuevos políticos que se pelean para formar gobierno en esta España dispersa y egoísta en algunas regiones, que solo piensan en ellos en solitario, en lugar de pensar en el conjunto de todas las regiones que forman España, mientras no se llame de otra forma.

Esta situación es insostenible para el ciudadano que ha estado salvando la situación económica del país desde el 2008, cuidado señores políticos, están llevando a los ciudadanos a una situación límite, les están poniendo contra la pared y eso es muy peligroso para ustedes.


Repasen la Historia, mediten y empiecen a hacer las cosas bien, por el bien de todos.

Tertulias de La Manqueta

18 de enero de 2016

Fiesta de San Antón

FIESTA DE SAN ANTÓN (17 DE ENERO)  
La festividad de San Antón fue, hasta que la emigración y el envejecimiento de la población que casi acabo con ella, una de las fiestas populares más arraigadas entre la población de Aragón.

¿QUIEN FUE SAN ANTÓNIO ABAD?
 Nacido a mediados del S. III en el actual territorio de Egipto, entonces bajo dominio de Roma es descendiente de una familia de campesinos acaudalados es educado en la fe cristiana.
Conmovido por las palabras de Jesús "si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres" vende sus propiedades y se retira fuera de la ciudad a vivir como anacoreta, consagrado a la oración y al dominio de las tentaciones terrenales. Según San Atanasio, durante su retiro vencerá las tentaciones del demonio y perseverará hasta aislarse del contacto con otros seres humanos cada vez más, padeciendo todo tipo de privaciones.
Durante su vida como anacoreta organizo las primeras comunidades de oración, reuniendo a otros anacoretas y formando comunidades en poblados de cabañas que han sido consideradas como antecesoras de los monasterios.
En el mundo rural ha sido considerado protector de animales. Acostumbra a ser representado en compañía de un cerdo.

 ¿COMO SE CELEBRABA LA FIESTA?
A los elementos propios de cualquier festividad litúrgica se unían dos elementos que caracterizaban a esta fiesta popular: las hogueras de San Antón y la subasta del gorrino,  tocino o puerco del Santo.

La hoguera es un elemento típico y característico de buena parte de las festividades locales. De forma sincrónica o en determinados momentos a lo largo de la historia se han hecho hogueras en festividades como, por ejemplo, San Fulgencio, San Antón, San Juan o La Candelaria. Algunos investigadores consideran que la tradición de hacer hogueras en determinados momentos del año, en torno a las cuales se congrega la población es una herencia de rituales paganos que fueron cristianizados y han llegado hasta nuestros días como un elemento festivo propio de festividades católicas.

El Gorrino del Santo es una de las tradiciones más peculiares y curiosas no ya solo de la población sino de toda  la comarca. La tradición consiste en la cria de un lechón, que durante todo el año era alimentado y protegido por la población que evitaba causarle daño alguno.
Al llegar San Antón el gorrino  era subastado, destinándose el dinero obtenido a sufragar los gastos de la Ermita o al uso que el sacerdote considerase oportuno. Esta subasta representaba un hito en la vida social de la aldea, siendo frecuentes los "piques" para hacerse con el gorrino.

Otro elemento característico de la festividad era la bendición de los animales domésticos, en especial de los empleados en el laboreo del campo.