25 de julio de 2012

A la Peña La Albarca

CARRERA POPULAR  LA ALBARCA, 2012
          Rafael Fernández Tremps
Casi a inicios de la extensa y variopinta SEMANA CULTURAL DE SÁSTAGO, se celebró la ya clásica CARRERA POPULAR DE LA ALBARCA. Con una tibia mañana, que agradecieron los participantes, se desarrolló la prueba de forma exitosa, como ya venía siendo habitual en sus anteriores ediciones.
Permitidme aprovechar la oportunidad que me brinda este magnífico blog para compartir con vosotros, lectores, estas estrofas. En ellas, con toda rigurosidad, intento reflejar el acontecimiento. Espero y deseo que las impresiones expuestas coincidan con las de todos aquellos que la disfrutaron. Al tiempo, sirvan de agradecimiento y felicitación a los organizadores y participantes por su buen hacer.

Dos mil doce. Mes de julio,
casi casi en su mitad,
en concreto el veintiuno
en jornada matinal,
en Sástago, La Albarca
-que es peña muy principal-
organizó un gran evento:
su Carrera Popular,
que con gusto patrocina
la constructora CHIJAR.
Cumple su octava edición,
mejorando sin parar.

Igual que el año pasado
-no es por tanto novedad-
se adelantó dicho evento
- su espacio y tiempo habitual
era en las fiestas de agosto-
no por motivo banal,
ya que completa el programa,
deportivo y cultural,
de una atractiva semana
con variada actividad.

Sin demora en la inscripción
recogieron su dorsal
cincuentaitrés deportistas
dispuestos a pelear,
treintaisiete a la carrera,
dieciséis a caminar.

Por el importante avance,
habrá que felicitar
a las féminas partícipes,
unas veinte del total,
y al intrépido infantil,
cumplieron fenomenal.

A dichos protagonistas
les tendremos que sumar:
seguimiento de galenos
dispuestos para actuar
en el caso de lesiones,
incluso desfibrilar;
aficionados ciclistas
que fueron a acompañar;
voluntarios, aguadores,
y protección oficial,
también hubo “quads-escoba”.
Una treintena en total.

Recorrido, el de costumbre,
exigente, singular.
Nace junto a las piscinas
en trazado circular
que, tras subir a Montler
va por Alborge a pasar,
circunscribiendo el meandro
regresa  al punto inicial:
un continuo sube y baja…
termina por sofocar.

Los paisajes, contrapunto,
muy dignos de contemplar:
los que el Ebro, caprichoso,
garabatea al pasar,
donde roquedos y mansas
aguas la mano se dan.

La carrera transcurrió
sin tener que reseñar
contratiempos ni percances:
fue la salida puntual,
abundantes los controles
y aguadores a la par…
sin  vahídos ni  mareos,
ni un rasguño que curar.

Cada cual marcó su ritmo,
todos lograron llegar
con un horario plausible,
no hubo mucho que esperar.

La cosa no quedó aquí,
tras la prueba terminar,
todo el mundo fue invitado
en la peña a almorzar
-espectadores incluidos
y quien se quiso apuntar-
huevos fritos con chorizo,
cerveza para libar,
también longaniza y vino…
es el almuerzo ideal.

Y, llegados a los postres,
nunca podían  faltar,
conociendo al promotor,
con las que el morro  endulzar
unas tartas de manzana,
y dulces en variedad.

Repartieron tras los postres,
para a atletas premiar,
gran cantidad de trofeos
-hubo quien se llevó un par-
y, a medida que iban saliendo,
camisetas de “tergal”,
negras, xerografiadas
con la Albarca y con Chijar.

Cocineros y sollastres
más de diez vi trajinar;
sin cuento los camareros,
todo el que quiso ayudar.
Participó mucha gente,
quien lo quiso celebrar.

Para que se hagan idea,
aporto el dato final
de las viandas consumidas:
empezando por el pan,
unas enormes hogazas
de forma descomunal,
equivalente a cien barras
de hechura tradicional.

Treinta vueltas de chorizo,
longaniza alguna más
y las docenas de huevos
no se pudieron contar:
hubo raciones de a tres,
de a cuatro, incluso de más,
unas poquitas de a uno
y también las de normal.

Perfecta organización:
completa y original.
Una sencilla carrera,
mutada en fiesta cabal.
Contenta quedó la gente,
todo fue cordialidad.

Es un ejemplo a seguir,
una forma de ayudar
para ver al pueblo grande:
hacer y participar.

A un pueblo lo hace su gente
sabiendo a una tirar,
cerrando a veces los ojos,
prestos a colaborar .

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