16 de julio de 2009

Oficios casi olvidados (Cestero)

Cestero de mimbre

Todavía hoy mucha gente fabrica artesanalmente cestos de mimbre, para floristerías, regalos navideños, cestos para guardar caracoles o pequeños cestos para guardar las cosas de coser.
Aunque los productos venidos de China amenazan a los cesteros autóctonos por sus bajos precios de mercado.

Taller

El taller del cestero de mimbre está normalmente ubicado en la vivienda familiar. Dentro de la casa el lugar de desarrollo de la tarea no es un sitio específico y preparado para ello, sino que es un lugar destinado para diferentes funciones; patio, alpendre, cuarto de aperos, etc., aunque si requiere de un lugar para guardar sus herramientas.

Herramientas
La realización de estos objetos de mimbre necesita del uso de una serie de utensilios como son: la navaja de punta curva, una hoz, podonas y cuchillos para cortar; mazos de madera, un remachador, majador, majadero o mesa de majar, trompo de abrir o rajador, agujas de madera o dagas de diferentes gruesos para ayudar a meter las nuevas varas y rueca para limpiar el mimbre blanco.
En conclusión, las herramientas utilizadas se podrían agrupar en utensilios de cortar, de abrir y de rematar.

Materias Primas
El mimbre es la materia prima principal, ésta es una fibra de muy alta calidad y durabilidad.
El cestero se encarga de cuidar, podar y recolectar las mimbreras, y recoge la fibra en la época idónea.
En algunas ocasiones se mezcla el mimbre con otras fibras vegetales secundarias (caña), y pueden funcionar tanto de refuerzo, como de decoración.

Proceso
En la cadena operativa de elaboración, la cestería de mimbre sigue los siguientes pasos:
Selección y recolección de la materia prima. El mimbre se recoge durante el cuarto menguante de los meses de febrero y marzo, aunque en algunas zonas se recoge en octubre, para no dañar la planta cuando está reventando.
Después de cortadas las varas, se dejan secar apoyadas en la pared. Posteriormente, se agrupan en haces y se almacenan en lugares protegidos del sol directo.
Antes de que cada vara sea utilizada en el urdido, debe someterse a remojo, para que cumpla con las condiciones de flexibilidad que requiere el trabajo.
La conformación del cesto comienza con una base, entretejiendo varas madres e hijas, para pasar al levantamiento de las paredes, la confección de las asas, el remate del borde y por último, la elaboración de una tapa, en el caso de que se indique que sea necesaria.

Producto

La utilización del mimbre en Sástago para la confección de muebles es bastante normal, aunque lo más habitual es la producción de objetos destinados sobretodo al transporte, en el ámbito agrícola y doméstico.
Los productos son muy variados: la barqueta, la cesta panadera o el cesto de asa grande, bolsos, canastas, serones, bandejas de ropa, garrafones y vasos; aunque también es común que se elaboren cestas de trabajo y forrados de botella.
Normalmente estos productos son comercializados por medio de la venta directa y el encargo, aunque últimamente se está fomentando la venta en tiendas.
La producción se iba acumulando durante los meses de menor actividad agrícola y eran vendidos el resto del año.

Adaptación literaria libre:

9 de julio de 2009

Leyendas de Aragón (El torico)

EL TORICO

Según ciertas leyendas, en tiempos remotos las villas eran levantadas en el mismo lugar en el que se abatía a un animal perseguido. En el lugar del abatimiento se erigía un santuario y a su alrededor se edificaba la villa.

En alguno de esos tiempos remotos (1170), los caballeros cristianos de Alfonso II que habían ahuyentado y expulsado a los moros que tenían tomado el territorio turolense, tras recuperarlo, decidieron fundar una villa y amurallarla para así evitar nuevos y futuros ataques moros. No sabiendo donde construirla decidieron por fin que se haría allí donde se abatiese un animal.
Cierta noche, un toro se detuvo bajo una estrella llamada Actuel, en el lugar que hoy ocupa la plaza del Torico y comenzó a bramar insistentemente.
Los caballeros, aunque presos de miedo, tomaron por buena la señal que cielo y tierra les ofrecían en aquella noche estrellada y tras abatirlo decidieron construir allí su villa.
Llegado el momento de asignarle el nombre, acordaron tomar las tres primeras letras de la palabra toro “tor” y juntarlas con las tres últimas de la estrella “uel”, obteniendo así el nombre de TORUEL.


EL MILAGRO DE LAS SOPAS DE AJO

Cuenta esta leyenda que, estando el rey Jaime I en la ciudad de Teruel, cayó tan enfermo que todo el mundo temía por su vida. La enfermedad parece ser que le sobrevino como consecuencia de una cacería que había realizado en tierras de Gea de Albarracín. Ni los médicos judíos de Teruel, ni los propios galenos de la Corte, acertaban el remedio para sus males, y el rey estaba cada vez peor.

A uno de sus súbditos se le ocurrió la idea de aplicar al rey el mismo remedio que había utilizado, hacía tiempo, con un familiar suyo: poner a hervir una cazuela con agua, pan y ajos.
Los médicos, desesperados, aunque creyendo la idea un disparate, aceptaron la propuesta del súbdito.
Pan y agua sí que había, pero no ajos. Sólo en tierras de Valencia podían conseguirse. Seis jóvenes caballeros se ofrecieron voluntariamente para ir a buscarlos al reino de Valencia, que por aquel entonces todavía estaba bajo dominación mora. Tras mucho buscar consiguieron cinco cabezas del sabroso condimento. De tan peligrosa expedición sólo volvió sano y salvo uno de ellos, trayendo consigo cinco cabezas de ajos.
Una anciana fue la encargada de preparar las sopas de ajo que curaron en el acto su enfermedad y tras las cuales se le abrió tanto el apetito que continuó con unas chuletas de ciervo.
A la mañana siguiente, tras dormir como un lirón, fue informado de lo caros que habían resultado los ajos, pero el Rey, agradecido, recompensó a los familiares de los caballeros fallecidos así como al superviviente. Además dispuso que el cultivo de los ajos se propagara por todo su reino a fin de no tener que ir en próximas ocasiones al reino de Valencia y pagarlos tan caros.
Este dicen que fue el origen de las sopas de ajo.